24 mayo 2006

LA CONTRASEÑA

Sri Ramakrishna. Dichos y Sentencias

94. Cuenta la leyenda que la ostra perlera abandona su lecho en el fondo del mar y sube a la superficie para coger el agua de lluvia cuando en el ascendente del cielo está la estrella Svati. Va flotando por la superficie del mar con la boca bien abierta hasta que consigue agarrar una gota de la maravillosa lluvia de Svati. Entonces se zambulle de nuevo hasta su lecho marino y se queda allí hasta que logra formar una hermosa perla con aquella gota de lluvia. Similarmente, hay algunos verdaderos aspirantes deseosos que viajan de un lugar a otro buscando recibir de un preceptor piadoso y perfecto (Satguru) esa contraseña que les abrirá la puerta de la dicha eterna, y si en su búsqueda diligente uno de ellos es suficientemente afortunado para encontrar a ese Guru y obtener de él el muy ansiado logos, que con certeza romperá todas las ataduras, enseguida se retira de toda compañía, entra en el lugar más profundo y secreto de su corazón y permanece allí hasta que ha logrado obtener la paz eterna.

11 mayo 2006

Diálogos con el pasajero acerca de nuestra realidad

Anónimo: ¿Quiénes somos en realidad y de dónde venimos?

Pasajero: Lo importante para mí es que el ser humano ha llegado a un grado de evolución tal, que se ha convertido en un ser privilegiado, al poseer unas cualidades que lo distinguen del resto de los animales que pueblan la Tierra. El hombre es el único ser que es consciente de sí mismo y de lo que le rodea. Tiene la capacidad de discernir y sobre todo de amar, con mayúsculas. Lo increíble, a mi entender, es que poseo una conciencia y que me encuentro en este bello planeta diseñado para experimentar la vida en su concepción más excelsa. Todas las manifestaciones de la Naturaleza han sido diseñadas por el Hacedor para nosotros, ya que somos los únicos que podemos beneficiarnos de su belleza. El cuerpo humano es un receptáculo perfecto para captar la existencia en su máximo grado de desarrollo, porque podemos armonizar con esta inmaculada creación; y sin él, nuestra esencia vagaría errante por el Cosmos, pidiendo a gritos un nuevo caparazón para disfrutar de las maravillas de este paraíso. Tenemos unos sentidos por donde percibimos este mundo, y, además, podemos sentir profundamente quiénes somos en realidad. Poseemos la capacidad de relacionarnos con nuestra esencia primordial, y gozar de nosotros mismos, ya que hemos sido hechos para deleitarnos del amor y la dicha que reside dentro de nosotros. Un animal no puede lograr el estado de conciencia del ser humano, ni tampoco recrearse en la Naturaleza como nosotros lo hacemos. Tenemos una mente que debería estar a nuestro servicio, no viceversa; de ahí es donde vienen los problemas y las frustraciones.

Anónimo: ¿Cómo es que dejamos de ser niños y nos hacemos responsables, con una personalidad férrea difícil de doblegar?

Pasajero: Venimos de la armonía y del mundo de la simplicidad e ingenuidad. Poco a poco, y con el paso del tiempo, nuestro cerebro va grabando impresiones y estímulos de este mundo exterior y nos llenamos de impurezas. Aprendemos un lenguaje; nos relacionamos con unos seres a los que no conocemos, pero con el tiempo se hacen familiares para nosotros y les llamamos padres; tratan de educarnos a su imagen y semejanza, y seguimos registrando en nuestra computadora una serie de datos, que ya es difícil que se borren. Vamos afianzándonos al medio ambiente y a la educación impuesta, la cual supondrá una huella profunda en nuestra naturaleza humana; y, lentamente, adquirimos los productos que nos ofrecen desde niños, para empezar a depender por nosotros mismos de la enseñanza adquirida. Estas impresiones quedan fijadas en nuestro cerebro virgen, al que nos supeditamos posteriormente cuando hacemos uso de la razón. A partir de ese instante, nos damos cuenta que podemos pensar por nosotros mismos, y vamos procesando todo lo que percibimos con nuestros sentidos externos. Empezamos a criticar lo adquirido y vamos desarrollando por nosotros mismos lo que ya supone un proceso irreversible de adaptación al medio. Toda la educación recibida a través de nuestros padres, colegios, amistades, y medios de manipulación de masas... dejan una señal, tan profunda en nuestro cerebro, que difícilmente podremos borrarla con el paso del tiempo, sino todo lo contrario, nos vamos sumergiendo más y más en el engranaje social establecido. Ya nunca habrá el silencio inicial, sino que seremos el reflejo de la documentación registrada en nuestra computadora. Vamos pasando por diferentes etapas de desarrollo: infancia, adolescencia, pubertad, identificación con nuestro “ego”, y la personalidad se va solidificando hasta llegar a la maduración. Cuando nos hacemos mayores, y si es que comprendemos este enigma, iniciamos un proceso de borrar de nuestra mente todo aquello que nuestra propia naturaleza rechaza, pero nos damos cuenta que los resultados siempre son traumas y frustraciones. Nos vemos en posesión de unos conocimientos adquiridos o con una carrera u oficio, y creemos que eso es lo que somos, ya que nos identificamos tanto con lo acumulado, que actuamos y nos desenvolvemos como si fuésemos realmente lo que figura en nuestro carnet de identidad. Pensamos como políticos, o como profesores, porque desarrollamos toda la psicología propia de aquello a lo cual nos hemos dedicado en la vida. Nuestra personalidad se ha fusionado tanto con lo adquirido, que ya es difícil volverse atrás. Nos vamos integrando en la sociedad de consumo, dependiendo definitivamente del medio social establecido, al que nos supeditamos inevitablemente. Llegamos a una edad en la que formamos una familia, vienen los hijos, por supuesto y entonces iniciamos con ellos el mismo proceso que hicieran con nosotros, y por consiguiente la saga que iniciaron nuestros abuelos y padres, continuará con nosotros...

Anónimo: ¿Si este mundo es una trampa, cuál es entonces el destino del hombre, y para qué hemos sido creados?

Pasajero: Hemos sido creados para realizar un propósito en esta vida; lo que sucede es que al observar las mismas cosas, generación tras generación, pensamos que estamos vivos para eso, y nos integramos en las costumbres y hábitos de nuestros antepasados y seguimos sus mismos pasos. Como tú has dicho antes, este mundo es una trampa, y en la medida que profundizas en él, quedas atrapado hasta el cuello. Anhelamos satisfacer nuestros deseos y luchamos desesperadamente hasta verlos realizados, pero no nos damos cuenta que la ambición engendra ambición, y en definitiva no volveremos a ser libres porque nos creamos tantas dependencias de cosas materiales, que cierto día esas mismas cosas que acumulamos terminarán sepultándonos. Esta sociedad de consumo está precisamente diseñada para que la sigamos como a un espejismo en el desierto, y una vez sometidos, nos damos cuenta que el resultado es frustración y desengaño, ya que no puede darnos lo que en nuestro corazón anhelamos desesperadamente, que es felicidad y amor. Venimos a este mundo desnudos y sin etiquetas, y de igual forma nos marcharemos un día; por lo tanto, de qué nos sirve atiborrarnos de materialismo, si es pura ilusión. Por mucho que conquistemos en esta vida, de nada nos servirá para el último viaje, porque nos iremos desnudos; y por muchos conocimientos que acumulemos en nuestro cerebro, también la masa encefálica quedará aquí y será pasto de los gusanos; por lo tanto, ¿por qué no consideramos de una vez, que el propósito de esta vida está en ser conscientes de quiénes somos realmente? Quién es ese ser que ve a través de los ojos, que siente, que llora, que ríe, que corre, que tiene conciencia propia, que discierne, que experimenta... Hasta que no descubramos quién es el individuo que habita dentro de nosotros -y que tiene una entidad separada de nuestra mente, del “ego”, e intelecto-, nada de lo que hagamos en este mundo y consigamos valdrá la pena a pesar del esfuerzo realizado. El ser humano ha sido creado para vivir en paz y felicidad, no para el sufrimiento. Cuando nos enfocamos en la armonía, recogemos los frutos de la dicha. No creo que nadie, mirando una puesta de sol, o contemplando un mar en calma, u observando un cielo estrellado, haya obtenido los frutos de la desdicha, sino todo lo contrario, su corazón se llenó de alborozo porque la paz y la quietud de la Naturaleza inundaron su espíritu. Por lo tanto, cuando nos concentramos en algo que no está en calma, sino todo lo contrario, lleno de miseria y sufrimiento, como es este mundo que estamos destruyendo los hombres, recogemos los frutos de la desesperación y el dolor.

Pasajero fijó su mirada en los ojos de Anónimo, mientras le decía:

¿Sabes que tienes la virtud de escuchar? No todo el mundo atiende como tú lo haces. Es un don bastante apreciable. Generalmente, cuando alguien está hablando, el otro está pensando lo que va a decirle y se pierde en sus propias ideas, buscando la mejor para refutar al contrario. Para mí es un regalo muy grande haberte encontrado y que oigas mis experiencias. Una vez escuchadas, si no te sirven para nada, puedes desecharlas, pero me estimula que estés concentrado en lo que digo.

Anónimo: Me gusta observar y aprender de todo lo que veo y oigo. Tus enseñanzas me llenan de alborozo porque señalan el camino que trato de encontrar dentro de mí. Me da la impresión que tu sabiduría procede de Oriente. Siempre haces referencia a la Naturaleza y pones ejemplos basados en la cultura oriental.

Pasajero: La sabiduría no es patrimonio de ninguna región del globo en especial. Es potestad del ser humano y es inherente a nuestra propia naturaleza. No cabe duda que tengo cierta influencia hindú, debido sobretodo a la búsqueda en la filosofía oriental. He adquirido muchos conocimientos referentes a la comprensión trascendental del Universo, y a su forma de concebir la existencia. Pero, como te he dicho antes, el saber ya está incorporado en nuestro interior desde que nacemos. Vinimos al mundo con todo el potencial necesario para desarrollarnos espiritualmente, pero necesitamos a un Maestro que nos guíe por ese camino interior.

Anónimo: La India deberá ser un país fascinante para la mentalidad occidental y materialista. Háblame un poco de sus costumbres.

Pasajero: Te asombrarías de sus hábitos y tradiciones. No creo que occidente llegue a entender las costumbres orientales, debido a que es una nación eminentemente religiosa. Se dedican todo el tiempo a controlar su mente a través del yoga. Puede decirse que lo que occidente tiene de materialista, ellos lo tienen de espiritual. Dudo que exista un lugar en la Tierra donde haya tantas creencias como allí.

En la India, en cada esquina te tropiezas con yogui. Allí es muy normal practicar el yoga, debido a su creencia de que el propósito de esta vida es unirse al Todo, a través de la meditación. Consagran toda su vida a las prácticas de técnicas de concentración mental para fundirse con el Yo universal que reside dentro de nosotros. No me extraña que en occidente estén teniendo tanto éxito, debido al gran "stress" o presión psíquica a la que nos vemos sometidos por la inercia industrial, producto de la sociedad de consumo. Buscamos desesperadamente algo que pueda frenar el impulso mental adquirido por las lacras del materialismo y de la tecnocracia. El ser humano busca incesantemente su felicidad por este mundo, en los bienes materiales o en las personas; pero no nos damos cuenta que reside dentro de nosotros. El individuo es un ser espiritual por naturaleza y hasta que no desarrollemos nuestra capacidad interior, iremos vagando por este mundo de ilusión sin hallar la respuesta que nuestro corazón desea con anhelo. El destino del hombre es relacionarse con el poder que nos ha creado y realizarlo. Este poder es la forma de energía más excelsa y superior que existe, ya que no puede crearse ni destruirse, por consiguiente es eterna. La sustancia primordial del ser humano es inmortal, y por lo tanto perdura inalterable dentro de nosotros. Esta esencia última, permanece invariable aunque nuestro cuerpo se deteriore y nuestro cerebro evolucione. Este motor primordial, es el que hace que respiremos, que nos movamos, que riamos, que nuestro corazón palpite; en definitiva: es lo que diferencia a un cuerpo vivo de otro muerto. El que yace tendido en el suelo, aunque tenga todos los órganos idénticos al vivo, una sola cosa le distingue del que se mueve: simplemente la vida. Podemos llegar a relacionarnos con esa vida, aliento, mientras estamos en un cuerpo vivo, no hace falta que nos muramos, como dicen algunas Religiones. Pero, para ir adentro de nosotros y vincularnos con la vibración primordial -que hace que respiremos-, necesitamos un método, una fórmula que nos permita profundizar en nuestro interior y sentir nuestra esencia, verla, gustarla y escucharla. El destino del hombre es fundirse con la energía primordial; al igual que la meta de un río es diluirse en el océano. Por lo tanto, para ello necesitamos un Maestro que nos enseñe esta gran verdad, y que nos guíe por los senderos escondidos de nuestro interior, y así descubrir definitivamente el tesoro oculto en nuestro corazón. Es vital para nosotros relacionarnos con la energía suprema que nos da la vida, ya que para eso estamos en este mundo. Toda la Creación ha sido diseñada para armonizar con esta vida interior, por consiguiente hemos de hallar en esta existencia -no después de muertos-, el verdadero guía para esta hermosa tarea de sondear dentro de nosotros. Toda esta inmaculada Naturaleza está esperando el momento en que el hombre descubra su verdadera realidad; entonces el individuo vivirá en armonía con su entorno, realizando el propósito por el cual ha sido traído a este Paraíso Terrenal, y sincronizarse con el Reino de los Cielos, que se encuentra dentro de este cuerpo perfecto.

08 mayo 2006

Todo cuanto existe es Dios

Sri Ramakrishna, (1836-1886) es considerado como un Avatara. Los dichos y Sentencias fueron escritos por sus discípulos en bengalí y se tradujeron al sánscrito y al inglés.

Dichos y Sentencias - 15

15. Dijo un Maestro: “Todo cuanto existe es Dios”.
El discípulo lo entendió literalmente, y no conforme al verdadero sentido espiritual. Un día que iba por una calle, se encontró de frente con un elefante. El conductor (mahút), desde lo alto, iba gritando: “¡Apartaos, apartaos!”. El discípulo, en su mente, pensó: “¿Por qué tengo que apartarme? Soy Dios, y también el elefante es Dios. ¿Qué temor puede tener Dios de sí mismo?”. Y pensando de este modo, no se apartó. Al final, el elefante lo agarró con la trompa, lo levantó y lo lanzó violentamente a un lado. Se hizo mucho daño. Se fue a ver a su maestro y le contó todo lo ocurrido. El Maestro le dijo:

“Sí, muy bien, tú eres Dios. Y el elefante también es Dios, pero también estaba Dios en forma de conductor de elefante advirtiéndote desde arriba. ¿Por qué no prestaste atención a sus advertencias?”.

07 mayo 2006

La pesadilla del pasajero

Pasajero despertó de madrugada, sobresaltado y atemorizado por la pesadilla diabólica que había tenido; se quedó sentado sobre su lecho mientras se reponía del terrible sueño. Parecía que la mente estuviera decidida a cerrarle el acceso al sendero oculto que trataba de encontrar.

La lucha interior era cada vez más insoportable, pero no le quedaba otro recurso que continuar para no caer en las garras del poder negativo que constantemente le acosaba.

Al no poder conciliar el sueño, decidió leer a Kabir. Mientras devoraba el libro, se daba cuenta de la hermosa relación que existía entre el Maestro y el discípulo.

Pasajero: ¡Cuánto tarda Aquél que ha de enseñarme los secretos de la existencia! Me gustaría caminar a su lado y seguir humildemente sus pasos por este mundo. Me llenaría de gozo, estar simplemente escuchando sus palabras llenas de sabiduría y esperanza. Mi alma saltaría alborozada al contemplar su hermoso rostro. Mis ojos quedarían clavados en los suyos, y el intercambio de amor sería infinito. Mi corazón brincaría de alegría, observando su apacible figura. Mis manos quedarían impregnadas de la fragancia eterna, al tocar su santo cuerpo. Mis pupilas se ensancharían para percibir su radiante luz. Mis labios beberían de la fuente de ambrosia que mana de sus pies de loto.

No me gustaría irme de este mundo sin haber encontrado sus huellas y seguirle la pista para que me diese sus bendiciones. ¡No te preocupes corazón mío, que no descansaremos hasta hallar su paradero porque intuyo que, en alguna parte de este planeta, las sandalias del pescador de hombres están pisando, actualmente, esta tierra atormentada y sumida en la tristeza! Presiento, que no está lejano el día en que por fin encontraré reposo.

La estancia se llenó de un silencio apacible y una presencia luminosa inundaba la habitación, mientras Pasajero se sentía desbordado interiormente. Se sumió en un profundo sueño, protegido por la resplandeciente aparición. En su plácido reposo tuvo una visión, y alguien, que no podía identificar, le narraba una historia fascinante:

“Cierto día, inolvidable para mí, me encontraba tumbado en la playa, escuchando el sonido de las olas acariciando la orilla, y, sintiendo cómo el mar me acogía en sus entrañas sonoras, me sumergí en ese deleite cósmico.

“Cuando reaccioné estaba rodeado de estrellas que me daban la bienvenida a su mundo; cada una tan sola, pero a la vez tan radiante, que hacían sentirme orgulloso de estar presente en esa ceremonia interestelar. Me vi poseído por un sentimiento de magnanimidad y tuve que abandonarme a mi condición de ser humano. Lo único que podía hacer era: ver, contemplar y sentir cómo la vida, el Universo entero, me seducía con su encanto y armonía celestial. Arropado en su manto plateado, las estrellas, querían llevarme hacia lo inaccesible. Al instante empecé a sentir, de una manera tierna y dulce, que pertenecía a otra casta, a otro credo y a otra especie; en definitiva, volví a experimentar sencillez y pureza.

“Con el despertar del Sol, toda forma viviente cobraba realidad. Los pájaros me daban la bienvenida a su mundo, emitiendo sonidos deleitables a mis oídos. La majestuosidad de las montañas hacía que sus valles llenaran de grandeza mi corazón, los ríos abrazaban humildemente todos los obstáculos que aparecían a su paso, firme y decido, hacia el mar, buscando su origen y procedencia. No les importaban ni el tiempo ni la distancia, siempre constantes y tenaces, fluyendo entre las orillas cambiantes. El viento suave acariciaba mi rostro, besándome en las mejillas.

“¡Cómo poder describir tanta perfección y belleza! Parecía que el secreto de la Creación estuviera revelándose ante mí. Tenía la impresión de que alguien iba descifrándome todo el misterio escondido en cada acto de la Naturaleza.

“Me sentía perplejo, impasible, atónito y lleno de esperanzas porque, al fin, podía percibir que un ser como yo, tan pequeño, era a la vez grandioso. ¿Quién habitaba en mí, que podía ser consciente del milagro de la vida? ¿Quién era ese personaje que tenía la capacidad de captar toda la belleza escondida tras los párpados de mi ignorancia? ¿Quién podría ser yo para que la Naturaleza se tomara tanta paciencia en colocar el perfume y el color en cada flor, el azul en el cielo, y la combinación de colores en el arco iris? Toda esta obra de arte manifestada para mí en especial; para que pudiera sentir, gustar, oler, ver y tocar tan delicada creación.

“En la actualidad me siento un poco perplejo y decepcionado ante el mundo que hemos hecho los mayores. Me hubiera gustado haber parado el reloj del tiempo, con aquel sentimiento, con aquella experiencia de omnipresencia.

“Ahora veo a un hombre lleno de odio y predispuesto a hacer la guerra con el fin de conseguir la paz. Observo a un ser de fronteras y visados, perdido en la masa callejera, sin propósitos, gritando desde su corazón y deseando ser encontrado por alguien. Contemplo con asombro a los niños hechos hombres por las guerras. También se manifiesta ante mí la miseria de este mundo, y me pregunto: ¿Por qué no dejamos que los niños nos digan cómo debemos vivir y comportarnos los seres humanos?

“Ya no miro las estrellas ni las puestas de sol. Tampoco escucho cómo me hablan los pájaros. El viento pasa de largo cuando me ve. La lluvia ya no quiere mojarme porque me enfurezco. El río fluye más raudo cuando me acerco a él. Las estrellas se apagan en la noche porque se avergüenzan de mí. Las estaciones cambian su curso porque han perdido la alegría de manifestarse...

“¿Cuándo el hombre volverá a ser niño? ¿Cuándo podremos mirarnos con amor? ¿Cuándo despertaremos con la alegría de un nuevo día? ¿Cuándo se saciará la sed de justicia en este mundo?”

Querido Anónimo: anoche soñaba que era niño. En mí sueño pude ver cómo una mano liberaba a un pajarito de su cárcel, y volaba libre, surcando los espacios. En su volar iba diciendo a todos sus hermanitos que propagasen el mensaje de que el hombre volvía a ser niño, porque ya estaba cansado de jugar a ser mayor.

Toda la Creación se engalanó para el festejo: los árboles agitaban sus ramas, bailando de alegría; las flores se vistieron con sus mejores atuendos; los pájaros trazaban formaciones acrobáticas, llenos de vitalidad; los ruiseñores entonaban sus mejores cánticos; los manantiales brotaban más cristalinos; las nubes derramaban lágrimas de felicidad; el cielo, con su capa azul, abrazaba, amorosamente a toda la Tierra; las estrellas reían con su eterno titilar; en definitiva: toda la Naturaleza estaba alborozada.

El hombre, como corona de la Creación empezaba a ser consciente y a disfrutar de su lugar privilegiado en el Universo; ya no habría más necesidad de soñar, porque el sueño se había hecho realidad.

Dónde buscamos a Dios

Kabir, discípulo de Ramananda, nació en Benarés en el año 1440, y uno de los más exquisitos poetas místico. En el Libro Cien poemas de Kabir - I

¡Oh, sirviente! ¿Dónde me buscas?
¡Si estoy junto a ti!
No me hallarás ni en la mezquita ni en el templo;
Ni en la Kaaba ni en Kailasa;
Tampoco en el rito ni en la ceremonia;
Ni en el Yoga, ni en la renunciación.
Si, en verdad, me buscas, me verás en seguida,
En seguida, sin que tiempo alguno transcurra.
Dice Kabir:
"Oh, Sadhu. Dios es el aliento de todo lo que respira".

05 mayo 2006

Diálogos con el pasajero acerca del Maestro y las Religiones

Pasajero: ¿Sabes qué sucede cuando no está presente el Maestro?

Anónimo: Ya me dijiste que se empezaba a crear la Religión.

Pasajero: Por supuesto. Pero, además de esto, el proselitismo es tan grande, que se priva al individuo de elegir libremente el camino a seguir. Cuando tienes uso de razón, te ves perteneciendo a una Religión en la que tú no has puesto el menor granito de arena para adherirte a ella. Al empezar a desembarazarte del trauma psicológico, te das cuenta de lo profundo que ha sido su imposición supliendo la ingenuidad y simpleza del niño con el miedo a lo desconocido.

Me estoy dando cuenta, ahora mismo y con una claridad meridiana, que las ideas tarde o temprano se derrumban. Todo aquello que no esté sostenido por una experiencia se desmorona. Si seguimos la fe por una idea, cuando se nos pone a prueba, automáticamente caemos. Es lo que le ocurrió a Pedro al negar a Jesús antes de que el gallo cantara. En su mente estaba claro, pero más tarde, cuando se presentó el momento práctico de probar su fe, negó a su Maestro tres veces... Una cosa es la idea que tengamos de Cristo, y otra muy distinta su experiencia directa. Es muy diferente la motivación de los Apóstoles, siguiendo al Maestro constantemente, de la que pudieran tener aquellas personas que escuchaban hablar de Él. La inspiración del Nazareno alentaba de una forma muy práctica las acciones de sus discípulos. Sin duda alguna, si estamos vivos, necesitamos al Maestro vivo; y aquí no cabe la Interpretación religiosa de que Cristo ‑su espíritu‑ está presente entre nosotros, sino que necesitamos al ser vivo que ande entre sus criaturas... El hombre, aunque es el animal más evolucionado, es el único que tropieza tres y más veces en la misma piedra. Para mi es evidente que necesitamos dirección, ya que entra dentro de la naturaleza de nuestra conciencia. Anhelamos saber, conocer y aprender el arte de vivir y ser felices; para ello, necesitamos al Maestro que nos enseñe esa materia. Cristo mostraba la fórmula, el método para estar dichoso en este mundo... la gente lo seguía porque reconocieron su poder y su veracidad; y aun así los próximos a El dudaron. Tuvo que obrar muchos milagros y portentos para que creyeran. Yo me pregunto: ¿si los que siempre estuvieron con El desconfiaban constantemente, qué puede esperarse de las personas que no sólo no lo ven, sino que siguen las interpretaciones de los que dudaban ... ? Por eso se hace necesario que esté vivo quien tenga que guiarnos espiritualmente ya que no se puede seguir una Religión de un ser que dejó su cuerpo hace dos mil años.

Anónimo: ¿entonces sucederá lo mismo con las demás Religiones?

Pasajero: Por supuesto. A cada individuo le inculcan la Religión del país donde nace. Si hubieras visto la luz en la India, posiblemente serías brahmanista, budista o seguidor de Krishna. Si por el contrario hubieras venido al mundo en la región musulmana, serías islamista y Mahoma tu profeta...

Verías el Cristianismo como nosotros consideramos ahora la Doctrina que se fundó cuando desapareció Confucio o Rama, etc.

Anónimo: ¡Es curioso lo que sucede con las Religiones! A veces me he preguntado, porqué si solamente existe un Dios, ¿cómo es que hay tantas Doctrinas?

Pasajero: Tu pregunta tiene más profundidad de lo que parece, no obstante intentaré explicártelo de la manera más gráfica posible para que puedas entenderlo. Por una parte, la palabra Dios, es un concepto para definir un ente. Por lo tanto, no importa que a la concepción de ese ser se le pueda llamar: Brahma, Tao, Jehová, Dios, Alá, etc...; todos se están refiriendo a la misma entidad o esencia última. Otros lo definen como: un Ser Todopoderoso, Omnipresente, Omnisciente, Omnisapiente, Perfecto, Puro, Divino, Absoluto... Por otra parte, la palabra Dios, suele crear ciertas connotaciones referidas a la imagen del Ser que nos proyectaban de pequeños: un anciano alto, con barbas blancas, y rodeado de ángeles; así es como lo plasmaron los renacentistas, y nos guste o no es la huella que tenemos impresa en nuestro cerebro. Por lo tanto, para mi se hace evidente la existencia de algo que no tiene principio ni fin, y a eso podemos llamarlo de la forma que más nos guste; que por supuesto, no tiene nada que ver con el anciano de barbas blancas...

Dejando atrás la exposición del vocablo de cuatro letras, he podido observar la evidencia de varias constantes en todas las Religiones: se hace patente la existencia del Poder Superior; el Intermediario, Maestro o Mensajero; la Experiencia o Reino que muestran prácticamente; y el hombre como receptáculo viviente de las maravillas divinas.

En la primera constante, ya hemos hablado de las diversas maneras de definir lo indefinible, por que cada Religión le pone el nombre que quiere.

En la segunda, está claro que existe un Embajador Divino, el Puente, el Mediador, el Maestro; y que por las Doctrinas que hemos enumerado serían: Rama, Hermes, Confucio, Krishna, Moisés, Zoroastro, Buda, Jesús, Ramakrishna, etc.

En la tercera todos coinciden en cantar las glorias de los tesoros escondidos en nuestro interior: “que el Reino de los Cielos está dentro de nosotros, o que en nuestro interior florece el más glorioso de los jardines, etc...". Y por último, los coetáneos que viven en la Tierra, cuando el Maestro está presente, son los afortunados en beneficiarse de su divina presencia y de sus sabias palabras, y de su Conocimiento. Por lo tanto, todos los Enviados hablan del mismo Dios y de la misma experiencia; pero en diversas épocas, a Sociedades en diversos grados de evolución. Y con una forma de expresión acorde a la mentalidad del momento.

Anónimo: ¿Los grandes Maestros que han pasado a través de la Historia, han comunicado el mismo mensaje y han mostrado la misma experiencia liberadora?

Pasajero: Efectivamente. Lo único que variaba era el modo en comunicarlo. Date cuenta que Cristo, cuando hablaba, empleaba parábolas y un lenguaje asequible a la mentalidad de aquellos pescadores y labradores. Usaba ejemplos que hicieran referencia a su trabajo o a las actividades propias de la sociedad de aquel tiempo. Sin embargo, Buda, impartía su doctrina, recomendando que llevasen una vida de renuncia a los placeres mundanos, para que a través de la meditación o concentración en las cuatro nobles verdades se pudiera alcanzar el Nirvana o sosiego del alma; de esta forma se lograría el fin supremo que era la iluminación. Krishna, por su parte, reveló el Conocimiento de todos los Conocimientos a su discípulo y guerrero Arjuna, en medio de una batalla...

Anónimo: Después de todo lo que has expuesto sobre las Religiones y los Maestros que han venido a comunicarnos el mensaje de salvación, se me hace ineludible el preguntarte: ¿puede existir la posibilidad de que actualmente naciera alguien que tuviera el poder de mostrar la misma experiencia que hicieran sus predecesores?

Pasajero: Tengo la esperanza de que un día no muy lejano mi corazón reconocerá a ese Ser, caminando entre las masas. Será el día más glorioso de mi existencia, porque al fin podré reposar mi cabeza a sus santos pies. Mí alma enloquecida corre sin cesar de un lugar a otro, buscando el momento de postrarse ante su divina presencia. Siento que hasta que no llegue ese instante, iré errante por este mundo como un barco a la deriva. Grito desde lo más profundo de mi corazón, para que no se demore demasiado; y no sólo yo, sino que todo este Universo lo reconocerá y se inclinará ante Él. No descansaré hasta que no llegue ese día, ¡tenlo por seguro!

Anónimo: ¿Crees que la sociedad actual está preparada para recibir a un ser tan puro como los Maestros que has citado?

Pasajero: Ese es su privilegio, su carisma, su función: mostrarse a la Humanidad cuando la sociedad va en declive. Cuando reina la injusticia, para poner justicia. Cuando el hombre está preso en sus conceptos, para romper las cadenas que le oprimen el corazón. Cuando estamos muertos en vida, para revivirnos. Cuando reina el odio, para traer amor. Cuando hay sed, para saciarnos. Cuando hay guerras, para establecer la paz. Cuando sentimos tristeza, para darnos alegría. Cuando nos ahogamos en nuestras propias ideas, para rescatarnos, etc. Esa es su condición. Ya sé que no nos merecemos un ser tan bondadoso, pero su naturaleza es suplir con amor y dicha, la negatividad del ser humano. Igual que la cualidad del Sol es darnos su luz desinteresadamente la cualidad de ese Ser es inundarnos de su amor con generosidad. No podemos evitar su manifestación en la Tierra. Del mismo modo que después de la tempestad viene la calma; igual que después de la guerra viene la paz; así pues, cuando la impotencia se apodera de los gobernantes para regir los destinos de la Humanidad, este Ser sale a la luz para ayudar a sus criaturas indefensas de sus propios errores.

Anónimo: Escuchaba atentamente. No quería interrumpir al pasajero, que parecía estar sumido en un estado donde manifestaba sabiduría y esperanza para este mundo en decadencia. Sentía respeto, admiración y agradecimiento hacia su amigo, porque le había devuelto cierta confianza en él mismo y en el destino de esta sociedad materialista y sin propósito. No sabía como complacerle por el mero hecho de haber levantado el telón de la ignorancia que caía sobre sus ojos. En su corazón asentía que las declaraciones de su amigo en el aspecto religioso eran ciertas. Jamás había escuchado con tanta convicción algo que hiciera referencia a la concatenación entre los Maestros Perfectos.

Pasajero: Guardó unos minutos de silencio mientras reflexionaba profundamente sobre el contenido de las palabras que habían salido por su boca. Clavó su mirada en el horizonte y se dejó invadir por un sentimiento de armonía. Experimentaba cómo su corazón se estaba rompiendo en mil pedazos, y cada partícula se extendía por su cuerpo, inundándole de dicha; cerró los ojos y se dejó llevar por ese sentimiento.

Anónimo miraba a su amigo con asombro. No quería moverse de la posición que estaba, por no romper el denso silencio que se apoderó del instante. Este contemplaba las olas acercándose a la orilla; parecía que el tiempo había detenido sus manecillas, mientras eran cómplices del apacible momento.

Transcurrieron unos instantes de calma absoluta. Daba la impresión de que la brisa marina desbordaba sus corazones del conocimiento profundo y velado para tantos hombres. Se miraron fijamente y sus rostros reflejaban serenidad. Ningún pensamiento deambulaba por sus cerebros. Experimentaban quietud interior.

Anónimo, comenzaba a descubrir un mundo de sensaciones inéditas y reveladoras para él. Nadie había sido capaz de barrenar las murallas de su corazón como lo hiciera su amigo. Tenía la impresión de que un volcán dentro de él despertaba de su letargo milenario y fluían ríos de lágrimas de esperanzas y comprensión.

Se tomaron un descanso en la conversación para darse un baño. Ambos se adentraron en el mar dispuestos a nadar un poco. Pasajero disfrutaba al máximo del día de relax que se había tomado. Por un lado desarrollaba su deporte favorito, y por el otro profundizaba en los temas capitales para él.

Anónimo: Antes has comentado algo referente al reconocimiento del Maestro verdadero. ¿Es que se va a intentar usurpar la supremacía de la Perfección encarnada?

Pasajero: Por supuesto que sí. Ya está reflejado en las Escrituras, prediciendo que se levantarán falsos Profetas, y que cada uno de ellos dirá que es el genuino. Amigo mío: estamos viviendo el período de máximo esplendor de la Humanidad, donde los logros alcanzados son increíbles. El hombre ha conquistado el espacio. La ciencia ha evolucionado a pasos agigantados: niños probetas nacen en los laboratorios; podemos programar el nacimiento de criaturas superdotadas. La Física nuclear ha crecido inconmensurablemente. Las Comunicaciones han visto superadas sus expectativas... Paralelamente las calamidades a las que nos vemos sometidos son realmente funestas; la riqueza del mundo está desproporcionada; ecológicamente estamos destrozando el planeta; nos amenaza una conflagración nuclear a escala mundial; no existen alternativas políticas para la mejora de la Sociedad; el paro, la inflación y la crisis económica están alcanzando cotas peligrosas; el terrorismo, la mafia y otros grupos están sembrando el pánico entre los ciudadanos... En fin, creo que podría seguir enumerando logros, estragos y toda serie de metas a las que el hombre ha llegado en aras de un mejor bienestar social de la raza humana. Pero ya me dirás lo que ha conseguido la ambición del hombre por el poder.

Actualmente estamos viviendo una época brillante, pero también es el tiempo de máxima oscuridad. En esta etapa de la Historia que nos toca vivir, algunos seres motivados por el afán de poder, intentarán establecer salidas prácticas a la crisis mundial. Por supuesto, aquí es donde entra la parte religiosa que nos atañe en estos momentos. Falsos líderes espirituales se levantarán como portavoces de soluciones al desastre, protagonizando arengas doctrinales repletas de fanatismo... Por eso, no me extraña que las motivaciones por miedo a lo desconocido, y al juicio final del que hablan las Escrituras, puedan ser los estandartes de los falsos Profetas en pro de la salvación de las almas descarriadas. Así pues, asumirán unas competencias que no les incumben, ya que el verdadero Maestro, es en definitiva, el que nos puede socorrer ante la desgracia mundial...

Pasajero: Para mi es la mejor era, porque podremos ser testigos de cómo se implantará la Justicia, el orden y la paz, en una sociedad donde parece que lo único que reina es la negatividad y las pasiones más denigrantes del hombre. Esta Edad de máxima oscuridad, es a la vez la que precede a la Edad de Oro. Por lo tanto, debemos vivir con la esperanza de que un día no muy lejano se manifieste un Ser para que establezca su reinado para siempre en este planeta. Entonces el hombre ocupara su lugar privilegiado en la Tierra y podrá llevar a la práctica el propósito para el que ha sido creado: vivir en paz y felicidad, realizando el fin supremo que reside dentro de nosotros.

04 mayo 2006

Una referencia sobre el Maestro Vivo en el Evangelio de los Esenios. Libro I. El Evangelio de la Paz.

Y los demás respondieron: "Todos cumplimos las leyes de Moisés, nuestro legislador, tal como están escritas en las sagradas escrituras".
Y Jesús les respondió: "No busquéis la Ley en vuestras escrituras, pues la Ley es la Vida, mientras que lo escrito está muerto. En verdad os digo que Moisés no recibió de Dios sus leyes por escrito, sino a través de la palabra viva.
La Ley es la Palabra Viva del Dios Vivo, dada a los profetas vivos para los hombres vivos.
En dondequiera que haya vida está escrita la ley. Podéis hallarla en la hierba, en el árbol, en el río, en la montaña, en los pájaros del cielo, en los peces del mar; pero buscadla principalmente en vosotros mismos. Pues en verdad os digo que todas las cosas vivas se encuentran más cerca de Dios que la escritura que está desprovista de vida. Dios hizo la vida y todas las cosas vivas de tal modo que enseñasen al hombre, por medio de la palabra siempre viva, las leyes del Dios verdadero.
Dios no escribió las leyes en las páginas de los libros, sino en vuestro corazón y en vuestro espíritu.
Se encuentran en vuestra respiración, en vuestra sangre, en vuestros huesos, en vuestra carne, en vuestros intestinos, en vuestros ojos, en vuestros oídos y en cada pequeña parte de vuestro cuerpo. Están presentes en el aire, en el agua, en la tierra, en las plantas, en los rayos del sol, en las profundidades y en las alturas. Todas os hablan para que entendáis la lengua y la voluntad del Dios Vivo. Pero vosotros cerráis vuestros ojos para no ver, y tapáis vuestros oídos para no oír. En verdad os digo que la escritura es la obra del hombre, pero la Vida y todas sus huestes son la obra de nuestro Dios. ¿Por qué no escucháis las palabras de Dios que están escritas en Sus obras? ¿Y por qué estudiáis las escrituras muertas, que son la obra de las manos del hombre?"

01 mayo 2006

La soledad del pasajero

Es curioso; puedes estar rodeado de gente y sin embargo, sentirte solo. O por el contrario, estar en un lugar tranquilo, retirado del bullicio callejero, y también sentirte aislado, saboreando el placer o la angustia de la soledad. Ahora me doy cuenta que soy un ser solitario en este mundo. Me siento como un parásito perdido en la infinidad del Universo. Camino al lado de muchos seres, pero mi andar es individual. Busco la fuente de mi destino para seguir evolucionando hacia la perfección. Nadie tiene acceso a mi mundo; tan sólo yo conozco las reglas de su funcionamiento. Me siento como un cometa siguiendo una órbita distinta al resto de los seres humanos.
Experimento un universo lleno de sensaciones y vivencias, que sólo yo puedo entender y no compartir; porque también los otros tienen su propia estrella fugaz, trazando la estela de su vida por este planeta.
¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Por qué cada uno cogemos distintos senderos en esta vida, y, sin embargo, estamos llamados a entendernos y a aceptarnos? ¿Cuántos interrogantes quedan todavía en mi crepúsculo interior? ¿Quién me desvelará el telón de la sabiduría? ¿Quién compondrá el rompecabezas de mi vida? ¿Quién encenderá la llama en la selva negra de mi ignorancia? ¿Dónde estará ese faro que corrija el rumbo de la embarcación perdida, en el océano turbulento de mi mente? ¿Quién me tomará en su regazo cuando pierda la orbita de mi existir? ¿Quién guiará mis pasos cuando deje de latir este corazón desolado?

¿Cómo puedo saber cuándo vendrá el Maestro?

Krishna, -en el Bhagavad Gita- Escritura Sagrada de la India, le dijo a Arjuna, en el Capítulo 4º:

5. ¡Oh, Arjuna! Yo he nacido muchas veces y lo mismo tú, Arjuna. Pero Yo recuerdo todas mis vidas pasadas, mientras que tú las has olvidado. 6. A pesar de que nunca nací, pues soy eterno e imperecedero, soy el Señor de todo; por medio de mi maravilloso poder, vengo a este mundo manifiesto. 7. Siempre que el bien decae extinguiéndose poco a poco, predominando en su lugar la maldad y el orgullo, Mi Espíritu se manifiesta en forma humana sobre esta tierra. 8. Para salvar a aquéllos que hacen el bien y destruir a aquéllos que actúan con maldad, para así establecer el reino de la Verdad. Yo vengo a este mundo era tras era.