Entre tantas cosas que oímos en este mundo, hemos oído hablar del camino de la vida, de cuál es su propósito; pero lo cierto es que nadie lo sabe. Por el hecho de estar vivo, cada uno de nosotros realizará un viaje. ¿Cómo será? Nadie lo sabe.
Se te ha dado una barca: este cuerpo humano. Y su misma existencia implica la realización de un viaje que te llevará donde nadie ha ido antes. Podrías pensar que será un viaje similar al de cualquier otra persona, pero no. Hay infinidad de pequeños cambios, variables que harán tu viaje diferente al de los demás. Tu manera de percibir, de comprender, es única.
Todos los días son diferentes. Aun haciendo lo mismo cada día, no hay dos iguales. No es sólo cuestión de si las cosas van bien o mal; sino de cómo las ves tú. Un día en el que todo va realmente mal y tú te sientes bien contigo mismo, dices: "Bueno, no está tan mal". Sin embargo, otro día en el que va todo estupendamente y tú no estás bien, piensas: "¡Qué horror, todo va fatal!".
¿Cómo hacemos este viaje? ¿Cuál es su propósito? Para comprender esto, tienes que empezar de cero. ¿Por qué? Porque has oído muchas cosas, has leído un montón de libros y toda esa información está flotando en tu cabeza. Tienes que empezar de cero, sin información. Contemplemos los hechos, no las ideas.
Procuras que tu cuerpo esté cómodo: quieres una cama blanda, una almohada mullida; cuando te compras unos zapatos, caminas un poco con ellos para estar seguro de que son cómodos. Empleamos mucho tiempo y energía para que nuestro cuerpo se sienta cómodo por fuera. Pero ¿empleamos tanto tiempo en asegurarnos de que nos sentimos igual de cómodos por dentro? ¿O aprendemos a vivir en la discrepancia, en la ira, en la confusión?
Empiezas siendo un niño y conforme te vas haciendo mayor, el cuerpo se deteriora. Tú sabes que va a deteriorarse, pero intentas cuidarlo, preservarlo.
Quieres sentirte cómodo porque es tu naturaleza. A este cuerpo no le gusta el dolor; ante algo caliente, reacciona. Quiere ver y escuchar todo lo que te aporta alegría. Eres así.
¿Es acaso diferente lo que está dentro de ti? ¿No quiere disfrutar también tu corazón? Tú existencia quiere estar plena.
¿Cuál es la experiencia suprema? Sin ser un genio, me atrevería a decir que la experiencia de lo supremo ha de ser una experiencia suprema. Lo supremo es ese poder que hace que todo sea posible; lo que impulsa, lo que mueve todo en el universo. No voy a intentar definirlo porque una de las definiciones de lo supremo es que es indefinible. No voy a intentar explicarte lo que es el infinito porque no podemos comprenderlo.
Este universo es asombroso. Pero lo fascinante no es entender el universo, lo fascinante es comprender que la fuerza que lo impulsa está también dentro de nosotros en este momento, y que podemos experimentarla. Y cuando la experimentas, te llenas de paz, de claridad, de alegría. Es entonces cuando conoces la felicidad más verdadera.
Qué hermosa es la oportunidad de hacer este viaje de la vida. ¿Qué necesitas llevar contigo? ¿La ira? ¿El miedo? No. Se te ha provisto de todas esas cosas, pero también de generosidad. Hay confusión, pero también claridad. Hay dolor, pero también hay alegría. El dolor es la ausencia. La generosidad y la alegría son la presencia.
En tu vida hay ausencias y presencias, y tienes que conocer la diferencia. Hacer que las dudas desaparezcan es imposible, pero traer claridad a tu vida es absolutamente posible. Eso sí que lo puedes hacer. ¿Has apuntado en la lista las cosas que no quieres en tu vida, o las que sí quieres? Las listas de la mayoría de la gente están llenas de lo que no quieren: "No quiero confusión, no quiero pobreza, ni sufrimiento. No quiero esto y tampoco esto otro".
Permíteme que te ayude a prepararte para este viaje. Tú intentas embalarlo todo, pero te duele la espalda de cargar con todas esas ideas. No necesitas todo, aligera tu carga. Lleva lo más esencial, con eso será suficiente. Empaqueta la claridad, te ayudará a ver a través de la mayoría de tus problemas. La confusión pesa mucho; la claridad muy poco. El sufrimiento también pesa mucho, pero la alegría es muy liviana. Te vendrá bien llevar esas cosas porque casi no pesan nada y además hacen que tú también te sientas más ligero.
Emprende el viaje. Es un buen viaje. Siente el cielo aquí. Esta Tierra fue diseñada para ti. Vive en esa paz, en esa alegría.
Maharaji
Se te ha dado una barca: este cuerpo humano. Y su misma existencia implica la realización de un viaje que te llevará donde nadie ha ido antes. Podrías pensar que será un viaje similar al de cualquier otra persona, pero no. Hay infinidad de pequeños cambios, variables que harán tu viaje diferente al de los demás. Tu manera de percibir, de comprender, es única.
Todos los días son diferentes. Aun haciendo lo mismo cada día, no hay dos iguales. No es sólo cuestión de si las cosas van bien o mal; sino de cómo las ves tú. Un día en el que todo va realmente mal y tú te sientes bien contigo mismo, dices: "Bueno, no está tan mal". Sin embargo, otro día en el que va todo estupendamente y tú no estás bien, piensas: "¡Qué horror, todo va fatal!".
¿Cómo hacemos este viaje? ¿Cuál es su propósito? Para comprender esto, tienes que empezar de cero. ¿Por qué? Porque has oído muchas cosas, has leído un montón de libros y toda esa información está flotando en tu cabeza. Tienes que empezar de cero, sin información. Contemplemos los hechos, no las ideas.
Procuras que tu cuerpo esté cómodo: quieres una cama blanda, una almohada mullida; cuando te compras unos zapatos, caminas un poco con ellos para estar seguro de que son cómodos. Empleamos mucho tiempo y energía para que nuestro cuerpo se sienta cómodo por fuera. Pero ¿empleamos tanto tiempo en asegurarnos de que nos sentimos igual de cómodos por dentro? ¿O aprendemos a vivir en la discrepancia, en la ira, en la confusión?
Empiezas siendo un niño y conforme te vas haciendo mayor, el cuerpo se deteriora. Tú sabes que va a deteriorarse, pero intentas cuidarlo, preservarlo.
Quieres sentirte cómodo porque es tu naturaleza. A este cuerpo no le gusta el dolor; ante algo caliente, reacciona. Quiere ver y escuchar todo lo que te aporta alegría. Eres así.
¿Es acaso diferente lo que está dentro de ti? ¿No quiere disfrutar también tu corazón? Tú existencia quiere estar plena.
¿Cuál es la experiencia suprema? Sin ser un genio, me atrevería a decir que la experiencia de lo supremo ha de ser una experiencia suprema. Lo supremo es ese poder que hace que todo sea posible; lo que impulsa, lo que mueve todo en el universo. No voy a intentar definirlo porque una de las definiciones de lo supremo es que es indefinible. No voy a intentar explicarte lo que es el infinito porque no podemos comprenderlo.
Este universo es asombroso. Pero lo fascinante no es entender el universo, lo fascinante es comprender que la fuerza que lo impulsa está también dentro de nosotros en este momento, y que podemos experimentarla. Y cuando la experimentas, te llenas de paz, de claridad, de alegría. Es entonces cuando conoces la felicidad más verdadera.
Qué hermosa es la oportunidad de hacer este viaje de la vida. ¿Qué necesitas llevar contigo? ¿La ira? ¿El miedo? No. Se te ha provisto de todas esas cosas, pero también de generosidad. Hay confusión, pero también claridad. Hay dolor, pero también hay alegría. El dolor es la ausencia. La generosidad y la alegría son la presencia.
En tu vida hay ausencias y presencias, y tienes que conocer la diferencia. Hacer que las dudas desaparezcan es imposible, pero traer claridad a tu vida es absolutamente posible. Eso sí que lo puedes hacer. ¿Has apuntado en la lista las cosas que no quieres en tu vida, o las que sí quieres? Las listas de la mayoría de la gente están llenas de lo que no quieren: "No quiero confusión, no quiero pobreza, ni sufrimiento. No quiero esto y tampoco esto otro".
Permíteme que te ayude a prepararte para este viaje. Tú intentas embalarlo todo, pero te duele la espalda de cargar con todas esas ideas. No necesitas todo, aligera tu carga. Lleva lo más esencial, con eso será suficiente. Empaqueta la claridad, te ayudará a ver a través de la mayoría de tus problemas. La confusión pesa mucho; la claridad muy poco. El sufrimiento también pesa mucho, pero la alegría es muy liviana. Te vendrá bien llevar esas cosas porque casi no pesan nada y además hacen que tú también te sientas más ligero.
Emprende el viaje. Es un buen viaje. Siente el cielo aquí. Esta Tierra fue diseñada para ti. Vive en esa paz, en esa alegría.
Maharaji
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