¡Enhorabuena, estás vivo! Aquí estás. Hubo un tiempo en que no estabas, y llegará un día en que no estarás. Todas tus historias y preocupaciones, todas tus ideas, todo lo que te gusta y lo que no te gusta, todas las cosas que ocurren y que tú consideras tu vida, no son más que un sueño. Sólo eso. Los sueños no deben tomarse a la ligera, pero son sueños.
En medio de todos esos sueños, hay un lugar dentro de ti donde realmente puedes estar despierto. En ese despertar no hay ningún juicio. No hay cuestiones de bueno y malo, correcto e incorrecto. No se te juzga. No hay medidas ni carreras. Ahí no hay nadie diciendo que ganaste o perdiste. Sólo la preciosa realidad de que estás vivo.
Tienes la capacidad de comprender, de conocer, de admirar. Ésas son tus cualidades. Tienes la capacidad de sentir ira y la de estar en calma. Tienes la capacidad de estar totalmente desconcertado y la de sentirte en paz. ¿Cuál es la que más utilizas? La frustración, la ira, la decepción.
De vez en cuando te encuentras con que eres feliz. Cuando eso ocurre, es algo tan memorable que piensas en ello durante años. Y cuando vas envejeciendo y empiezas a perder la memoria a corto plazo, dices: “Recuerdo cuando estuve allí. ¡Fue maravilloso!”.
Tienes algunas cualidades más: puedes apreciar esta existencia; realmente puedes ser feliz a perpetuidad, no hace falta ninguna cámara ni ninguna circunstancia especial. Puedes vivir cada día en la alegría que brota de tu corazón.
La mayoría de las personas tratan de entender su mente. La gente ha estado intentando hacerlo durante muchísimo tiempo, y nunca lo lograrán. Escriben libros y dicen cosas preciosas, pero es como tener un jardín que parece espectacular aunque las flores están hechas de papel, los árboles son de plástico y la hierba es falsa para no tener que cortarla nunca.
El inconveniente es que en él las flores no florecen y la primavera nunca llega. Nunca vuelan las abejas, ninguna flor tiene un hermoso aroma y los árboles no se mecen con el viento. Aunque todo tenga un aspecto muy bonito, es algo estático, como muerto.
Por eso es tan importante tener una experiencia viva. Vivir, respirar, existir, sentir, pensar, comprender, saber. Eso es lo que es real.
¿Cómo es tu jardín? ¿Has olido las flores? ¿Has visto alguna vez una abeja? ¿Hay pájaros en los árboles? ¿Hay una estación en la que todo está precioso y tú te sientes satisfecho?
La gente se acostumbra a estar frustrada, a estar furiosa, disgustada. Dicen: “Así es la vida. Hay ratos buenos y ratos malos. Está bien”. ¿Qué es lo que está bien? ¿Que yo esté perdido? ¿Que ignore mi propia naturaleza? ¿Que esté alejado de mí mismo? ¿Qué yo no me reconozca?
Por eso cada uno de nosotros necesita tan desesperadamente comprender que no puede haber concesiones, que cada día debe hacerse un esfuerzo para ver, para sentir lo que se nos ha dado, desde el corazón, desde nuestro ser más básico.
Debes saber que llegará un momento en el que todo en lo que confías se desvanecerá poco a poco. ¿Qué quedará? Tú. Aún podrás sentir, pero el deterioro ya ha comenzado. Sucede tan gradualmente que no lo notas, pero ya está en marcha. Cada día, cada segundo, sigue avanzando, pero sobre él flota una hermosa realidad que es intemporal. Estás vivo. Y hasta el día en que dejes de estar vivo puedes ir a tu interior y sentir felicidad; puedes sentir alegría.
Hay esperanza. Tu corazón está llamando a la puerta. Ábrele. Siente, ve, comprende, date cuenta, conoce. Vive en esa alegría, vive cada instante en ese sentimiento. Comprende lo bella que es la posibilidad de sentir claridad, de sentir gratitud, de estar agradecido por estar vivo. Estoy aquí para recordártelo: no esperes. Despierta. Ve, siente, admira, sé parte de tu existencia.
Prem Rawat
En medio de todos esos sueños, hay un lugar dentro de ti donde realmente puedes estar despierto. En ese despertar no hay ningún juicio. No hay cuestiones de bueno y malo, correcto e incorrecto. No se te juzga. No hay medidas ni carreras. Ahí no hay nadie diciendo que ganaste o perdiste. Sólo la preciosa realidad de que estás vivo.
Tienes la capacidad de comprender, de conocer, de admirar. Ésas son tus cualidades. Tienes la capacidad de sentir ira y la de estar en calma. Tienes la capacidad de estar totalmente desconcertado y la de sentirte en paz. ¿Cuál es la que más utilizas? La frustración, la ira, la decepción.
De vez en cuando te encuentras con que eres feliz. Cuando eso ocurre, es algo tan memorable que piensas en ello durante años. Y cuando vas envejeciendo y empiezas a perder la memoria a corto plazo, dices: “Recuerdo cuando estuve allí. ¡Fue maravilloso!”.
Tienes algunas cualidades más: puedes apreciar esta existencia; realmente puedes ser feliz a perpetuidad, no hace falta ninguna cámara ni ninguna circunstancia especial. Puedes vivir cada día en la alegría que brota de tu corazón.
La mayoría de las personas tratan de entender su mente. La gente ha estado intentando hacerlo durante muchísimo tiempo, y nunca lo lograrán. Escriben libros y dicen cosas preciosas, pero es como tener un jardín que parece espectacular aunque las flores están hechas de papel, los árboles son de plástico y la hierba es falsa para no tener que cortarla nunca.
El inconveniente es que en él las flores no florecen y la primavera nunca llega. Nunca vuelan las abejas, ninguna flor tiene un hermoso aroma y los árboles no se mecen con el viento. Aunque todo tenga un aspecto muy bonito, es algo estático, como muerto.
Por eso es tan importante tener una experiencia viva. Vivir, respirar, existir, sentir, pensar, comprender, saber. Eso es lo que es real.
¿Cómo es tu jardín? ¿Has olido las flores? ¿Has visto alguna vez una abeja? ¿Hay pájaros en los árboles? ¿Hay una estación en la que todo está precioso y tú te sientes satisfecho?
La gente se acostumbra a estar frustrada, a estar furiosa, disgustada. Dicen: “Así es la vida. Hay ratos buenos y ratos malos. Está bien”. ¿Qué es lo que está bien? ¿Que yo esté perdido? ¿Que ignore mi propia naturaleza? ¿Que esté alejado de mí mismo? ¿Qué yo no me reconozca?
Por eso cada uno de nosotros necesita tan desesperadamente comprender que no puede haber concesiones, que cada día debe hacerse un esfuerzo para ver, para sentir lo que se nos ha dado, desde el corazón, desde nuestro ser más básico.
Debes saber que llegará un momento en el que todo en lo que confías se desvanecerá poco a poco. ¿Qué quedará? Tú. Aún podrás sentir, pero el deterioro ya ha comenzado. Sucede tan gradualmente que no lo notas, pero ya está en marcha. Cada día, cada segundo, sigue avanzando, pero sobre él flota una hermosa realidad que es intemporal. Estás vivo. Y hasta el día en que dejes de estar vivo puedes ir a tu interior y sentir felicidad; puedes sentir alegría.
Hay esperanza. Tu corazón está llamando a la puerta. Ábrele. Siente, ve, comprende, date cuenta, conoce. Vive en esa alegría, vive cada instante en ese sentimiento. Comprende lo bella que es la posibilidad de sentir claridad, de sentir gratitud, de estar agradecido por estar vivo. Estoy aquí para recordártelo: no esperes. Despierta. Ve, siente, admira, sé parte de tu existencia.
Prem Rawat
No hay comentarios:
Publicar un comentario