¿Qué es lo que significa vivir, existir? ¿Sentir cada día la solidez, la firmeza de este aliento? Para mucha gente, respirar es sólo aire que entra y sale. Pero es algo más. Hay una firmeza. Y dentro de su sencillez se ha colocado una solidez tremenda.
¿De qué están hechos tus cimientos? ¿Se apoya tu casa en eso que es sólido y real? ¿O se basa en una suposición tras otra? ¿Cuál es tu red de seguridad? Te aventuras, piensas, imaginas, sales, haces cosas. Ponderas las realidades, y tus realidades cambian cada día: "Ahora mismo esto es real; ahora esto es lo que ocurre, esto es lo importante".
Alguien me dijo: "Acabo de ser abuelo". Yo le contesté: "Felicidades". Y empecé a pensar: "¿Acabas?" Hubo un día en el que acababas de nacer. Ése es el día principal. Después de eso han ocurrido cosas, y seguirán ocurriendo. Serán como sean. Algunas dirás que son buenas porque encajarán perfectamente en el pequeño caparazón que has creado.
¿Cuántos días vivimos prestando atención a la suave llamada que nos pide satisfacción? La gente habla sobre la paz; yo también hablo de ella. Digo que la paz es posible. A algunos les gusta eso, pero otros dicen: "No. Las cosas no son así en el mundo". ¿Por qué? Porque hemos pintado un cuadro de lo que es la paz.
Hay una realidad, y esa realidad es brillante y hermosa. Más bella que cualquiera de esos cuadros que puedas pintar jamás. Se manifiesta cada día, es nueva y real, dinámica y hermosa. No tiene limitaciones. ¿Hay tristeza en ella? No. ¿Hay alegría? Sí. ¿Hay oscuridad? No. ¿Hay luz? Sí. ¿Hay en ella descontento? No. ¿Hay satisfacción? Sí. ¿Hay complicación? No. ¿Hay sencillez? Sí. ¿Hay odio en ella? No. ¿Hay amor? Sí. Ésos son los fundamentos de la realidad de tu existencia, del regalo que se te da cada día.
¿Qué es lo que cuesta tener todo eso? Nada. Lo que tienes que hacer es abrir el corazón y dejar que entre. Eso es lo único que hace falta para que entre el sol. Cuando el sol brilla, abre la ventana y deja que entre la luz. Deja que entre esa brisa, porque está soplando, porque está sucediendo.
La paz está bailando dentro de ti, esperando a que la sientas. La gente crea expectativas. Para este mundo, la definición de la paz es: "Todos están siempre sonriendo, nadie se pelea con nadie y sólo se dicen cosas educadas unos a otros". Si fuera así de verdad, éste sería un lugar muy raro.
¿Y qué tal si el cielo estuviese aquí? Es donde tiene más sentido. Es aquí donde siento ese sencillo deseo en mi corazón por sentirme pleno. Aquí es donde tengo la oportunidad de construir esa casa en la que me puedo sentir satisfecho. No se trata de una casa imaginaria, sino de una casa construida sobre cimientos muy, muy reales.
La red de seguridad está hecha con el aliento. Cuando pierdas la capacidad de hablar, eso será lo único que seguirá vibrando a través de ti, y lo último de lo que serás consciente a medida que se apaga. El desafío es estar en paz en medio de toda la agitación. Mientras estás vivo puedes sentir la alegría que hay dentro de ti.
Maharaji
¿De qué están hechos tus cimientos? ¿Se apoya tu casa en eso que es sólido y real? ¿O se basa en una suposición tras otra? ¿Cuál es tu red de seguridad? Te aventuras, piensas, imaginas, sales, haces cosas. Ponderas las realidades, y tus realidades cambian cada día: "Ahora mismo esto es real; ahora esto es lo que ocurre, esto es lo importante".
Alguien me dijo: "Acabo de ser abuelo". Yo le contesté: "Felicidades". Y empecé a pensar: "¿Acabas?" Hubo un día en el que acababas de nacer. Ése es el día principal. Después de eso han ocurrido cosas, y seguirán ocurriendo. Serán como sean. Algunas dirás que son buenas porque encajarán perfectamente en el pequeño caparazón que has creado.
¿Cuántos días vivimos prestando atención a la suave llamada que nos pide satisfacción? La gente habla sobre la paz; yo también hablo de ella. Digo que la paz es posible. A algunos les gusta eso, pero otros dicen: "No. Las cosas no son así en el mundo". ¿Por qué? Porque hemos pintado un cuadro de lo que es la paz.
Hay una realidad, y esa realidad es brillante y hermosa. Más bella que cualquiera de esos cuadros que puedas pintar jamás. Se manifiesta cada día, es nueva y real, dinámica y hermosa. No tiene limitaciones. ¿Hay tristeza en ella? No. ¿Hay alegría? Sí. ¿Hay oscuridad? No. ¿Hay luz? Sí. ¿Hay en ella descontento? No. ¿Hay satisfacción? Sí. ¿Hay complicación? No. ¿Hay sencillez? Sí. ¿Hay odio en ella? No. ¿Hay amor? Sí. Ésos son los fundamentos de la realidad de tu existencia, del regalo que se te da cada día.
¿Qué es lo que cuesta tener todo eso? Nada. Lo que tienes que hacer es abrir el corazón y dejar que entre. Eso es lo único que hace falta para que entre el sol. Cuando el sol brilla, abre la ventana y deja que entre la luz. Deja que entre esa brisa, porque está soplando, porque está sucediendo.
La paz está bailando dentro de ti, esperando a que la sientas. La gente crea expectativas. Para este mundo, la definición de la paz es: "Todos están siempre sonriendo, nadie se pelea con nadie y sólo se dicen cosas educadas unos a otros". Si fuera así de verdad, éste sería un lugar muy raro.
¿Y qué tal si el cielo estuviese aquí? Es donde tiene más sentido. Es aquí donde siento ese sencillo deseo en mi corazón por sentirme pleno. Aquí es donde tengo la oportunidad de construir esa casa en la que me puedo sentir satisfecho. No se trata de una casa imaginaria, sino de una casa construida sobre cimientos muy, muy reales.
La red de seguridad está hecha con el aliento. Cuando pierdas la capacidad de hablar, eso será lo único que seguirá vibrando a través de ti, y lo último de lo que serás consciente a medida que se apaga. El desafío es estar en paz en medio de toda la agitación. Mientras estás vivo puedes sentir la alegría que hay dentro de ti.
Maharaji
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