“En la vida hay muchas distracciones, muchos caminos, cientos y miles de ellos. Si no tienes un destino, todos son válidos. Pero si tienes un lugar en especial al que quieres ir, el único camino posible es el que te lleve allí.
Muchas veces no estamos seguros de lo que queremos en la vida. No estamos claros respecto a la posibilidad. Abrimos la ventana y vemos todo lo que hay fuera: “Eso es curioso. Aquello es interesante. Me gustaría tener eso. Me gustaría que esto fuera de esta manera o de esta otra”. Desde que nuestra cabeza se posa en la almohada hasta que se despega de ella, algo queda olvidado. ¿Quién soy? ¿Qué es esta vida? ¿Qué es esta existencia? ¿De qué trata todo esto?
Mucha gente comienza con buen pie: “Esta vida es muy valiosa, maravillosa, increíble.” Luego salen -yo también me incluyo- y se meten en explicaciones. Todos tenemos nuestros asuntos y nuestros problemas.
¿Cómo podemos decir lo que significa que el aliento entre en este cuerpo, trayendo el regalo de vida? Que ocurra algo tan simple, tan fantástico, tan increíble, que todos los seres humanos sobre la faz de la tierra sean tocados por su magia. La magia de este aliento que entra, la magia de la vida según se manifiesta, según danza cada día.
Los seres humanos tratan de agarrarse a todo lo que pueden, sin darse cuenta de aquello a lo que se deberían aferrar. Un ejemplo perfecto sería el de un barco que ha comenzado a hundirse. Cuando te das cuenta de que el barco se hunde, te agarras a lo que puedes. Pero no te sujetes al barco porque te arrastrará con él. Si te aferras a algo que no flota, tú también te hundirás.
Eso es lo que ocurre cada día en nuestras vidas cuando no podemos distinguir la naturaleza de las cosas que nos rodean. Pero un día sucede algo totalmente diferente. Nos llega un mensaje que dice: “Vive en paz.”
¿Qué significa vivir en paz? Eso es lo que tenemos que entender. Sí, están las dudas. Están todas esas cosas. Pero ninguna de ellas es el recipiente al que entra el regalo del aliento.
Muchas veces no estamos seguros de lo que queremos en la vida. No estamos claros respecto a la posibilidad. Abrimos la ventana y vemos todo lo que hay fuera: “Eso es curioso. Aquello es interesante. Me gustaría tener eso. Me gustaría que esto fuera de esta manera o de esta otra”. Desde que nuestra cabeza se posa en la almohada hasta que se despega de ella, algo queda olvidado. ¿Quién soy? ¿Qué es esta vida? ¿Qué es esta existencia? ¿De qué trata todo esto?
Mucha gente comienza con buen pie: “Esta vida es muy valiosa, maravillosa, increíble.” Luego salen -yo también me incluyo- y se meten en explicaciones. Todos tenemos nuestros asuntos y nuestros problemas.
¿Cómo podemos decir lo que significa que el aliento entre en este cuerpo, trayendo el regalo de vida? Que ocurra algo tan simple, tan fantástico, tan increíble, que todos los seres humanos sobre la faz de la tierra sean tocados por su magia. La magia de este aliento que entra, la magia de la vida según se manifiesta, según danza cada día.
Los seres humanos tratan de agarrarse a todo lo que pueden, sin darse cuenta de aquello a lo que se deberían aferrar. Un ejemplo perfecto sería el de un barco que ha comenzado a hundirse. Cuando te das cuenta de que el barco se hunde, te agarras a lo que puedes. Pero no te sujetes al barco porque te arrastrará con él. Si te aferras a algo que no flota, tú también te hundirás.
Eso es lo que ocurre cada día en nuestras vidas cuando no podemos distinguir la naturaleza de las cosas que nos rodean. Pero un día sucede algo totalmente diferente. Nos llega un mensaje que dice: “Vive en paz.”
¿Qué significa vivir en paz? Eso es lo que tenemos que entender. Sí, están las dudas. Están todas esas cosas. Pero ninguna de ellas es el recipiente al que entra el regalo del aliento.
Lo importante en la vida no son mis problemas, sino mi necesidad de sentirme pleno, la necesidad de saciar mi sed. Esto es lo que quiero más que ninguna otra cosa. Mi necesidad más básica es llenar lo que mi corazón quiere que se llene en mi vida, y no sólo una vez, sino una tras otra. Necesito eso cada día. Lo necesito tanto como sea posible.
La cuestión que surge siempre: ‘No tengo suficiente tiempo. Tengo muchas responsabilidades’. No tienes que renunciar ni siquiera a una de ellas. Hagas lo que hagas y seas lo que seas, puedes seguir sintiendo paz.
Vivimos en un mundo en el que podemos hacer muchas cosas. Estamos en una sociedad-multiprocesador. Queremos hacer todo lo que podamos. Pero eso no significa que tengamos claro qué es lo que realmente queremos hacer. Necesitamos claridad sobre lo que queremos fundamentalmente en la vida.
¿Cuánta gratitud siento por estar vivo? ¿Cómo tengo de claro que para mí lo más importante es que este aliento entró en mí y pude reconocerlo? Incluso uno solo. Siente ese sentimiento en cada respiración según se manifiesta. Es el sentimiento de la paz.”
Maharaji
La cuestión que surge siempre: ‘No tengo suficiente tiempo. Tengo muchas responsabilidades’. No tienes que renunciar ni siquiera a una de ellas. Hagas lo que hagas y seas lo que seas, puedes seguir sintiendo paz.
Vivimos en un mundo en el que podemos hacer muchas cosas. Estamos en una sociedad-multiprocesador. Queremos hacer todo lo que podamos. Pero eso no significa que tengamos claro qué es lo que realmente queremos hacer. Necesitamos claridad sobre lo que queremos fundamentalmente en la vida.
¿Cuánta gratitud siento por estar vivo? ¿Cómo tengo de claro que para mí lo más importante es que este aliento entró en mí y pude reconocerlo? Incluso uno solo. Siente ese sentimiento en cada respiración según se manifiesta. Es el sentimiento de la paz.”
Maharaji
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