24 noviembre 2007

Lo que nos dice cada aliento


Nos quedamos atrapados en muchas de las historias que suceden en nuestra vida. La vida está llena de ellas. Es como si vas conduciendo demasiado rápido por la carretera y te encuentras con un semáforo en rojo. Las ruedas chirriarán con el frenazo. La gente gira a derecha e izquierda, en distintas direcciones. Unos chocan con otros. Un pequeño drama por aquí y otro por allá. La vida se parece mucho a todo eso.

A pesar de todas las historias que ocurren, hay algo que no podemos permitir que se nos olvide: lo esencial en la vida no son las cosas que suceden. El ir y venir del aliento no tiene que ver con nada de eso. Si te ves metido en algún drama, recuerda qué es lo esencial en tu vida.

Imagínate a un comandante de avión que es muy sociable y que una vez que ha despegado se levanta para charlar con los pasajeros. Ahí lo tienes, hablando de una cosa con uno y de otra cosa con otro. El vuelo sólo dura dos horas, y el tiempo transcurre rápido. Pasan tres cuartos de hora, una hora y media, una hora y tres cuartos, y el comandante sigue haciendo vida social. Ya sólo le quedan quince minutos para hacer que el avión aterrice. Tiene que recordar cuál es su principal objetivo. Aunque relacionarse con la gente sea maravilloso, ¿cuál es el propósito fundamental del viaje?

¿Cuál es el propósito fundamental del aliento que entra en ti?

Resulta que el objetivo principal es la plenitud. Cuando nos sentimos plenos somos lo más hermoso. Es entonces cuando alcanzamos nuestro objetivo. No es un error que una flor sea hermosa cuando florece. Así es como se supone que tiene que ser. Es entonces cuando debe resultar más atractiva para poder atraer a las abejas. No es ningún error.

Un instrumento suena mejor cuando está afinado. Ha sido diseñado de esa manera. Yo no sé afinar una guitarra, pero una vez alguien me dijo que el secreto es afinar cada cuerda ligeramente más alta o más baja. Mi primera reacción fue: “¿Qué dices?”, pero es eso lo que crea la armonía, y el propósito principal de una guitarra es la armonía que puede producir.

¿Qué armonía puedes producir tú? Cuando en un ser humano hay armonía, se le llama paz, amor, plenitud. Un ser humano está afinado con precisión cuando puede entender que la existencia nos ha sido dada como un regalo.

Nos esforzamos en comprender por qué estamos vivos, cuando lo que de verdad queremos es sentirnos agradecidos. La gratitud surge automáticamente cuando el corazón se siente lleno. Fluirá el agradecimiento, y no hay nada que se pueda hacer al respecto. Y si no, intenta pararlo. Quizá ahora te resulte difícil recordar eso, pero cuando aparece la gratitud, trata de detenerla.

Cada aliento que llega nos está diciendo: “Haz que suceda”. De la forma más tierna y persuasiva que se pueda imaginar, nos dice: “Siéntete plenamente satisfecho en esta vida”. Lo esencial en la vida no son los dramas ni los traumas, sino la plenitud. Ésa es tu posibilidad. Eso es lo que puede suceder.

Maharaji

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