Os contaré a continuación una breve historia sobre el Árbol de Navidad: Según la tradición cristiana, representa todo el universo. Y además ha sido el origen de muchas reflexiones acerca del significado que se le quiere dar al pasaje del Génesis cuando en medio del jardín del edén había dos árboles, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. De uno comieron y entró la dualidad.
El árbol ha sido un una figura mítica, poética, y llena de simbología. Dando verdaderos frutos de sabiduría a cuantos han indagado en su naturaleza.
Dicho esto, el árbol de Navidad ha sido el receptáculo de ilusiones, profundas peticiones, de sinceros deseos y de ofrendas para despojo de las miserias que nos azotan a los hombres.
Sus raíces se han ido alimentando de todo lo bien y mal que desde el principio de la creación ha ido cosechando el hombre. Y los frutos que nos está dando ahora no nos sirven de alimento, sino de miseria y enfermedades desconocidas.
La misericordia y la generosidad del Creador han invertido el árbol de Navidad. Ahora todas las peticiones, deseos, buenas intenciones y venturas para estas fiestas y el año venidero, se alimentarán de la savia que sus raíces ancladas en el firmamento y siendo regadas por los ríos estelares, darán los frutos que deseamos de todo corazón.
Los frutos de este árbol de Navidad nos aplacarán los ímpetus y todas las frustraciones y correrán por nuestras venas savia nueva del regenerado árbol de Navidad.
F.G.M.
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