El sendero oculto hacia otros planos de conciencia se está manifestando con la experiencia de plenitud. El poder del amor nos abrirá como el sol abre a las flores. Veremos sus manifestaciones en los seres humanos. La compasión y misericordia se harán presentes en nuestras vidas y nos volcaremos en hablar y generar amor por doquier a través de la vibración que emane de nuestro ser. Las personas percibirán algo maravilloso en los seres que disfruten de la existencia.
Por fin hemos comprendido. Nuestra súplica ha sido atendida. Nuestro llanto ha sido derramado en el sitial donde el amor tiene establecido su reino. La Luz que emana de ese reino nos es muy familiar, porque somos nosotros mismos. Estamos creados con esa Luz. ¿Quién nos iba a decir que dentro de nosotros ha estado, está y estará por siempre jamás las respuestas a las preguntas que desde tiempo inmemorial hemos suplicado al vacío?
El ser humano como corona de la creación tiene el poder y está diseñado para experimentar la gloria más perfecta que el Creador haya podido crear. Pero como no podemos soportar tanto amor, tenemos que ir sintiéndolo en pequeñas dosis hasta que por fin podamos estar sintonizados las veinticuatro horas del día. Hacia ello nos dirigimos lentamente pero seguros.
¿Quién no ha visto evolucionar a un hijo? Hemos seguido su trayectoria de crecimiento tanto físico como psíquico. Y hemos visto crecer en él, valores y virtudes, y nos sentimos orgullosos de ello. Igualmente, el motor que nos da la vida, EL ALIENTO, que nos acompaña todo el tiempo desde que nacemos hasta que morimos, ha seguido, sigue y seguirá nuestra trayectoria a lo largo de nuestra existencia y se siente orgulloso de que nos acordemos de él y le respiremos, y seamos conscientes de que la vida habita dentro de nosotros. Y que nuestro cuerpo sea su santuario, donde las oraciones, las súplicas, los rezos y las meditaciones, siempre estén dirigidas hacia nuestro interior, donde Él habita.
Qué increíble sentir esa experiencia total. Es la única forma de comprender la existencia de Dios. Experimentándole a través de nosotros mismos. Hemos sido creados para ello.
“Una de mis principales razones para no creer en Dios es que carezco de cualquier experiencia de él. Éste es el argumento más simple, y uno de los más fuertes. Nadie apartará de mi cabeza que, si Dios existiera, debería hacerse ver o sentir más. Bastaría con abrir los ojos o el alma. Es lo que intento hacer. Y cuanto más lo hago, más veo el mundo y más amo a los seres humanos.”
El alma del Ateismo (André Comte-Sponville)
Si supiéramos que hemos sido diseñados para alcanzar esa sed que nos lleve al manantial que está dentro de nosotros. Qué juego más hermoso ha diseñado el Creador, jugando a darnos a probar lo que ya reposa dentro de nosotros. Por eso hemos de aprender a abrirnos poco a poco.
Respeto todos los credos, todas las Religiones, todas las doctrinas, todos los caminos, y a todos los ateos que están buscando una manifestación de Dios, una señal que les indique el camino a seguir. Y la verdad es que esa señal vendrá no en la forma que nuestra mente tiene ya establecida. Deseamos que se manifiesten milagros y señales en el cielo. Pero vendrá como ladrón en el noche, silenciosamente y sin grandes estruendos.
Está en cada ser humano, caminando por este mundo, llegando a cada uno de nosotros de la forma más inverosímil. Solo se requiere que abramos el corazón y al igual que el periscopio de un submarino rastrea en el mar su objetivo, nuestro corazón detectará señales procedentes de otros seres humanos que han escalado otro plano de conciencia y disfrutan en propagar el mensaje que ha llegado a ellos de forma magnánima y a través de claves que nuestro corazón ha detectado.
El gran dique del Conocimiento está cediendo e inundará de Gracia los corazones sedientos. Qué afortunados son los seres que han sido, son y serán testigos del poder del amor manifestándose a lo largo y ancho de este mundo.
F.G.M.
Por fin hemos comprendido. Nuestra súplica ha sido atendida. Nuestro llanto ha sido derramado en el sitial donde el amor tiene establecido su reino. La Luz que emana de ese reino nos es muy familiar, porque somos nosotros mismos. Estamos creados con esa Luz. ¿Quién nos iba a decir que dentro de nosotros ha estado, está y estará por siempre jamás las respuestas a las preguntas que desde tiempo inmemorial hemos suplicado al vacío?
El ser humano como corona de la creación tiene el poder y está diseñado para experimentar la gloria más perfecta que el Creador haya podido crear. Pero como no podemos soportar tanto amor, tenemos que ir sintiéndolo en pequeñas dosis hasta que por fin podamos estar sintonizados las veinticuatro horas del día. Hacia ello nos dirigimos lentamente pero seguros.
¿Quién no ha visto evolucionar a un hijo? Hemos seguido su trayectoria de crecimiento tanto físico como psíquico. Y hemos visto crecer en él, valores y virtudes, y nos sentimos orgullosos de ello. Igualmente, el motor que nos da la vida, EL ALIENTO, que nos acompaña todo el tiempo desde que nacemos hasta que morimos, ha seguido, sigue y seguirá nuestra trayectoria a lo largo de nuestra existencia y se siente orgulloso de que nos acordemos de él y le respiremos, y seamos conscientes de que la vida habita dentro de nosotros. Y que nuestro cuerpo sea su santuario, donde las oraciones, las súplicas, los rezos y las meditaciones, siempre estén dirigidas hacia nuestro interior, donde Él habita.
Qué increíble sentir esa experiencia total. Es la única forma de comprender la existencia de Dios. Experimentándole a través de nosotros mismos. Hemos sido creados para ello.
“Una de mis principales razones para no creer en Dios es que carezco de cualquier experiencia de él. Éste es el argumento más simple, y uno de los más fuertes. Nadie apartará de mi cabeza que, si Dios existiera, debería hacerse ver o sentir más. Bastaría con abrir los ojos o el alma. Es lo que intento hacer. Y cuanto más lo hago, más veo el mundo y más amo a los seres humanos.”
El alma del Ateismo (André Comte-Sponville)
Si supiéramos que hemos sido diseñados para alcanzar esa sed que nos lleve al manantial que está dentro de nosotros. Qué juego más hermoso ha diseñado el Creador, jugando a darnos a probar lo que ya reposa dentro de nosotros. Por eso hemos de aprender a abrirnos poco a poco.
Respeto todos los credos, todas las Religiones, todas las doctrinas, todos los caminos, y a todos los ateos que están buscando una manifestación de Dios, una señal que les indique el camino a seguir. Y la verdad es que esa señal vendrá no en la forma que nuestra mente tiene ya establecida. Deseamos que se manifiesten milagros y señales en el cielo. Pero vendrá como ladrón en el noche, silenciosamente y sin grandes estruendos.
Está en cada ser humano, caminando por este mundo, llegando a cada uno de nosotros de la forma más inverosímil. Solo se requiere que abramos el corazón y al igual que el periscopio de un submarino rastrea en el mar su objetivo, nuestro corazón detectará señales procedentes de otros seres humanos que han escalado otro plano de conciencia y disfrutan en propagar el mensaje que ha llegado a ellos de forma magnánima y a través de claves que nuestro corazón ha detectado.
El gran dique del Conocimiento está cediendo e inundará de Gracia los corazones sedientos. Qué afortunados son los seres que han sido, son y serán testigos del poder del amor manifestándose a lo largo y ancho de este mundo.
F.G.M.
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