11 septiembre 2007

Lo que reflejamos

¿Cuál es la naturaleza de la luz? Todos sabemos que cuando llega la luz, la oscuridad no puede quedarse; se marcha. La luz es lo único que puede hacer que la oscuridad se disipe. Pero ésta no es su única cualidad, hay otra más: ilumina todo cuanto toca, y este proceso sucede por reflexión. Cada objeto, cada persona, las paredes, el techo, la alfombra, poseen la cualidad de reflejar la luz. Cuando eso ocurre, la luz incide en tu ojo y tú puedes ver ese objeto.

¿Qué significa esto para nosotros como seres humanos? Significa que cuando una luz incide sobre nosotros, lo que absorbemos, y especialmente lo que reflejamos, nos confiere un color. Y ése es el color con el que nos ven.

Si lo absorbes todo y reflejas odio cuando está oscuro, no hay problema; pero si te ilumina una luz, el odio se hará visible. Si reflejas paz, también se hará visible. Solo con una mirada, el resto de la familia sabe cuándo el padre está molesto: "Vaya, nuestro padre está enojado. Desaparezcamos".

Así que la cuestión es: ¿Qué reflejas? ¿Qué quieres reflejar? ¿Reflejas el color de "yo me lo sé todo"? Y no estoy emitiendo un juicio. Yo no estoy aquí para decir si ese color es bonito o feo. No soy decorador de interiores.

Una vez alguien me preguntó: "¿Cómo describirías lo que haces?". Le contesté: "Yo soy el que lleva el espejo, lo pone delante de la gente, y dice: 'Contémplate a ti mismo. Si te gusta lo que ves, estupendo; pero si no te gusta, a lo mejor puedes enmendarlo'. Eso es lo único que puedo hacer, llevar el espejo".

Algunas personas no quieren mirarse en ese espejo. Muchos se sienten amenazados por el tema de la paz, porque no quieren que nadie redefina su mundo explicándoles en qué consiste la paz o qué es la alegría. Sin embargo, yo estoy aquí para señalar algunos hechos muy simples: esta es tu vida, existes, has venido aquí temporalmente, y esta Tierra es temporal. Un día, aunque no mañana, dejará de estar aquí.

Hace poco, estaba en una terraza desde la que se dominaba la ciudad. Aún era temprano. Todo cuanto se veía eran las luces encendidas de las casas. El panorama parecía muy tranquilo, pero estaban teniendo lugar historias increíbles. Había personas felices e infelices, algunos se peleaban y otros sólo querían dormir. Entre esas luces se fraguaban nuevas esperanzas, y algunos sueños se rompían en pedazos. Había una historia tras cada una de esas cortinas que parecían tan tranquilas, una historia asombrosa.

Así es que tú tienes esta habilidad de reflejar. Pero ¿qué es lo que quieres reflejar? ¿Te gustaría reflejar paz y satisfacción porque es eso lo que sientes? ¿Te gustaría irradiar los matices sutiles de la gratitud? ¿Te gustaría sentir alegría? ¿Una alegría que es real, que viene de dentro de ti, que no busca catalizadores en el exterior? Estas tonalidades no son imaginarias. De hecho, tienen que ser reales porque, de no serlo, no se reflejarán.

Mucha gente dice: "¡Ah!, ya he sentido paz antes". Eso es como decir: "No necesito comer hoy porque ya comí la semana pasada". Algunos piensan que si sientes paz una vez en la vida, es suficiente. No. Tienes que sentirla cada día, ésa es la clase de paz que necesitas.

Hay personas que cuando están cerca de un lago en calma dicen: "¡Oh, qué paz!". Pero la calma no es un atributo de la paz. Tienen su propia definición de la paz y eso es lo que buscan. Pero si buscas la paz de acuerdo a una descripción, nunca la encontrarás. ¿Por qué? Porque ¿cómo puedes buscar algo que ya tienes? La palabra "buscar" implica que lo has perdido, pero nunca lo perdiste. Está dentro de ti.

Tienes una posibilidad increíble: reflejar el color del infinito que está dentro de ti. Olvídate del verde, del azul y del amarillo. Si vas a reflejar un color, refleja el del infinito. Este color tiene matices de paz y tonalidades de satisfacción. No tiene preguntas, sino respuestas; tampoco ideas, sino realidades. Cuando empiezas a llenarte con el color de lo que tienes dentro, brillas.

Mientras estés vivo, esa luz no dejará de brillar. Tú también necesitas brillar. Y puede suceder.

Prem Rawat

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