23 septiembre 2007

Una afinidad con el silencio

Este no es un proceso que sucede de la noche a la mañana. Es algo que fluye muy gradualmente. Es acerca de recordar y ser recordado. Es acerca de dar un paso hacia atrás cada día en el viaje hacia lo más esencial en la existencia. Tú puedes ir al cine, comprar la entrada, sentarte y en veinte minutos puedes estar llorando a gritos. Pero este viaje hacia lo esencial, lo básico, hacia la belleza, es un viaje calmado.

No se te permite correr. No hay competencia. No se marcan los kilómetros. No hay marcadores diciendo: "cinco kilómetros más, tres kilómetros más, dos kilómetros más". No hay carteles alentadores diciendo: "Te estás acercando. Estás casi ahí". No es, ni nunca ha sido así.

La simplicidad no es un invento. La dicha no es un invento. El amor que buscas no es un invento. Estos son los fundamentos de cada ser humano. Cuando se trata de ser recordado, es acerca de las cosas fundamentales, y no de todas las demás. Porque esto se trata de estar vivo. Es acerca de ese sentimiento interior que dice: "Muévete, siéntete pleno. Encuéntrate en esa dicha, en ese sentimiento, en esa paz, en esa armonía", y cuando estás ahí, es tan dulce. No hay millones de cosas, hay solo una cosa, que dice "Estoy sintiendo esta existencia, estoy sintiendo esta respiración, esta vida y es dulce."

La respiración viene y yo le doy la bienvenida. Se va, y yo cuento con la próxima. Estoy consciente que vino y que se fue. No me pregunten por qué eso es tan mágico, pero lo es. No es el aire, no es el pensamiento de la respiración, es el sentimiento que me trae.

¿Y qué es lo que se necesitó? ¡Empezar a parar! Si quiero disfrutar, tengo que ir hacia adentro. Ahí está mi verdadero disfrute. Ese es el lugar lejos de la duda. Un poquito de duda está bien, puedes tenerla. Es como los pimientos picantes. Mientras que se coman con comida, está bien, pero si me dan un plato y me dicen "Acá está tu almuerzo", eso no funcionará.

Pero nosotros permitimos que venga tanta duda y dejamos que domine nuestras vidas. Nosotros decimos "Vamos, duda, llévame donde quieras", y ¿dónde crees que la duda te llevará? ¿a un lugar cristalino? Jamás.

No soy un producto del ayer, porque pendiente a mis propios dispositivos, me lo hubiera pasado ayer esperando por el mañana. Las cajas vinieron vacías, y nunca entendí que debía poner algo en ellas, entonces se fueron vacías. Con las manos vacías viniste y con las manos vacías te irás. Una ida agradable. ¿Quieres decir que nada cambió? ¿Nada? La vida comenzó, un día te encontraste con ella. La consciencia vino y se fue. Pensamientos vinieron y se fueron. Algo adentro surgió, quiso saber, quiso que esta vida fuera real, que cada cabello, cada célula, cada fibra sienta que hay algo real aquí. Luego, el gran toque mágico de Midas, todo lo que tocas se convierte en ilusión. Hasta que viene alguien que dice algo y te recuerda.

Esta relación entre la respiración y yo, es la única a la que me puedo aferrar. Todo lo demás es transitorio. Está acá, va a cambiar, se va a ir. Los cambios no son malos, pero la relación con la respiración no cambia. Yo he cambiado, pero esa relación con el corazón permaneció igual. El llamado existe, yo respondo, y hay una dicha, un entendimiento, una sabiduría en eso. Yo entiendo dónde está la isla. Me da la libertad de nadar, porque si no hubiera entendido dónde está esa isla, no me hubiera arriesgado a meterme en el agua. Porque no quiero ahogarme.

No quiero seguir las huellas de otros, quiero encontrar un camino donde nadie ha estado. Si es esto lo que mi corazón me dice en su llamado, entonces ahí es donde tengo que empezar. Tengo que tratar de tener una afinidad con ese silencio que es tan simple, tan precioso. Tengo que tratar de tener un lazo, una conexión con lo eterno, y si a mi cuenta me gasto un poquito, ¿no es eso una cosa buena? Entonces déjame estar en compañía de lo real, estar cerca de mi corazón. Déjame salir de la confusión y duda. Déjame salir del miedo.

Es un lugar peculiar esta cosa llamada "mundo". Realmente, ¿cuánto tomaría para que el fuego del odio comience a quemar en este mundo? No mucho. Sin embargo, esto es donde vives. Y qué increíble contraste entre este escenario asombroso y la respiración dentro tuyo. Toda la turbulencia y la paz más increíble. Qué contraste. Qué increíble tristeza y qué increíble dicha, a centímetros uno del otro. Qué increíble oportunidad para no estar con las manos vacías. Si no quieres irte con las manos vacías, mejor que no estés con las manos vacías ahora.
Prem Rawat (Maharaji)

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