30 marzo 2008

Una mina de oro



Maharaji contó la historia de una reina que un día, para darse un baño, se quitó el collar que llevaba y lo dejó sobre una mesa. Un cuervo lo vio por la ventana abierta, entró en la habitación, lo tomó y salió volando. Se lo llevó hasta un árbol donde intentó comérselo y cuando vio que no le gustaba, lo dejó en una rama.
La reina estaba desesperada. Su collar favorito había desaparecido. Cuando el rey volvió esa noche, la encontró descompuesta. Le ofreció comprarle un collar mejor, pero ella le contestó que ninguno podría sustituirlo. Quería ese collar, así que el rey ofreció una recompensa a quien lo encontrara. Algunos lo buscaron pero no pudieron hallarlo. El rey ofreció una recompensa mayor. Más gente lo intentó, pero seguían sin localizarlo. Desesperado, anunció que daría la mitad de su reino a quien lo encontrara, y todo el mundo se puso a buscarlo.
Cerca del palacio había un canal lleno de agua sucia, y bajo un árbol, alguien vio un reflejo del collar en el agua, así que se quitó la ropa y se tiró al canal. Cuando otros le vieron, sospecharon que había encontrado el collar e hicieron lo mismo. Poco después, algunos policías que pasaban por allí, vieron lo que ocurría y se les unieron. El jefe de policía, que también pasaba por allí, les imitó, esperando ser él quien se hiciera con el collar. Pero nadie podía encontrarlo. Todos veían que la imagen seguía allí, así que acabaron pensando que era sólo una ilusión.
Un hombre santo que iba caminando por allí les preguntó: “¿Por qué saltáis todos a esa agua sucia?” Se lo contaron y él les dijo: “Lo que estáis buscando no está en el agua, sino arriba, en el árbol. Se trata sólo de un reflejo”.
Maharaji dijo que nosotros hacemos lo mismo. El auténtico amor está dentro, pero lo buscamos fuera. Tratamos de encontrarlo en el agua sucia de este mundo. Mucha gente se quita la ropa y salta al agua turbia del mundo con la esperanza de encontrar el amor que están buscando y, al no lograrlo, dicen que lo encontrarán después de muertos.
Pero, añadió, si pueden encontrar lo que están buscando después de que hayan muerto, ¿por qué tienen vida ahora? ¿Qué sentido tiene? ¿Por qué fueron creados? ¿Por qué este aliento va y viene ahora dentro de ellos? ¿Por qué hay una sed de amor dentro de nosotros, si sólo lo hallaremos después de morir?
Maharaji señaló que todo el mundo quiere que su vida sea un éxito. No hay nadie que no quiera triunfar, a su manera. Para algunas personas, el éxito consiste en tener una familia numerosa, para otros en amasar riquezas o en alcanzar una buena posición social.
Dijo que el papel del Maestro es recordar a la gente que lo que están buscando está dentro de ellos. Desafió a la gente preguntándoles si se daban cuenta de lo mucho que habían recibido. Se nos ha dado tanto ya, añadió, lo que tenemos que hacer es aceptarlo. Los regalos comenzaron con la primera respiración que nos fue dada. Cada aliento que llega es el roce del Creador. La tristeza, dijo, aparece cuando llega el aliento y no lo reconocemos. El mayor cielo está aquí. Quienes no se dan cuenta están en el mayor de los infiernos porque, aunque tengan la capacidad de reconocer, no lo hacen.
Maharaji recordó a todos lo valiosa que es esta vida. Aunque llegamos con las manos vacías, dijo, no existe ninguna razón para que nos vayamos igual. Es muy importante que no se malgaste ningún día, ningún momento. Recordó a todos, lo importante que es tener paz en la vida. Para lograrlo, añadió, necesitamos dejar de engañarnos y de escondernos de nosotros mismos.
Siempre que hemos sentido una llamada de nuestro corazón para encontrar plenitud, para encontrar alegría, hemos dicho: “No. Ahora estoy ocupado. Tengo otras cosas que hacer”. Si esto no es engañarse a uno mismo, ¿qué es?
Dijo también que todo lo que vino de esta tierra tendrá que volver a ella algún día. Lo que una vez fueron cenizas volverá a serlo. Cada uno de nosotros está sentado sobre una mina de oro; hay una mina de oro en cada aliento. Si cavamos en esa mina, seremos más ricos de lo que podamos imaginar.
Concluyó diciendo que deberíamos lograr que nuestra vida sea un éxito. Deberíamos ser ricos. La riqueza, dijo, es amor en nuestro interior y paz en el corazón. El día que tengamos esto claro, desaparecerán todas las preguntas.
Prem Rawat (Maharaji)

24 marzo 2008

Alcanzar el Interior



Hablemos sobre el paraíso. No el paraíso después de tu muerte, sino el paraíso aquí y ahora. El paraíso que te está esperando. Tu paraíso. Tu paraíso que existe sobre la faz de esta Tierra.
Encontrar, ver, sentir la divinidad que está danzando dentro de ti. No en la imaginación, sino en la realidad. Alcanzar el interior. Saber con certeza que he sentido mi paraíso. No sólo una vez, porque se pone mejor. Va mejorando muchísimo porque el concepto que tiene la mayoría de la gente sobre sentir paz es: “la sientes una vez y eso es todo”.
No es que después de sentir esa paz una vez en tu vida, te conviertes en un vegetal. Nada te molesta. Estas ahí nomás. Ningún problema en el mundo, nada, nada… Porque es como: “Oh, ahora estoy en paz.” No.
Los que están en paz están entusiasmados con el ir y venir de este aliento. A los que realmente han sentido paz, los verás bailando al ritmo del tambor del aliento. No sentados sin hacer nada. No tienen que mostrarle a nadie. Porque los que encontraron la paz también se dan cuenta de una cosa: que no tienen que mostrarle a nadie que tienen paz.
Aquellos que han encontrado la paz saben, “¿Qué puedo hacer para decirte que he encontrado paz? No hay palabras que puedan describirla. No hay forma de agarrar un pedazo de paz y dártelo.” Un santo dice, “Se parece mucho a un mudo que está comiendo un dulce.” Con el dulce en la boca. “¡Mmmmm, Mmmmm!” ¿Puede disfrutarlo? Por supuesto. Pero ¿puede contarte cuánto lo disfruta? No con palabras.Así es la naturaleza. Y así es tu naturaleza. El deseo de estar pleno.
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Etiquetas: Eventos Maharaji (Alemania) – 04/09/2007

23 marzo 2008

El tren de la vida

Idioma original: hindi





En este mundo hay un tren que está siempre en movimiento. No se detiene en ninguna estación ni para nadie. Simplemente sigue su curso. Cada segundo, unos suben y otros bajan. ¿Dónde se detendrá? Nadie lo sabe. Para sentarte en este tren, lo único que necesitas es el ticket de la vida. Y eso ya nos lo han dado. Estamos en el tren, y se está moviendo.

La gente me pregunta: "¿Por qué estoy aquí?". ¿Qué clase de pregunta es ésa? Desde muy pequeño, la gente no ha parado de preguntarme cuál es el propósito de la vida. Solía contestarles: "¿Tienes esta vida y no sabes cuál es su propósito? Eso significa que no has comprendido lo que se te ha dado, te has limitado a creer lo que otros han dicho".

Esto es lo que pasa: vas en un automóvil y te pierdes. Ves a alguien de pie al borde de la carretera, y le preguntas: "¿Dónde está tal lugar? ¿Cómo podría llegar?". Él te responde: "Vaya todo recto, luego tuerza a la derecha, al cabo de un kilómetro gire a la izquierda y habrá llegado". Así que le das las gracias y sigues tu camino. No le preguntas: "¿De verdad sabe dónde está ese lugar?". No, tú le dices dónde tienes que ir, y él contesta lo que sea que conteste. Podría estar completamente equivocado, podría estar loco, o no saber dónde va, podría ser que él mismo se haya perdido y esté indicando direcciones a los demás. Cuando cerramos los ojos y actuamos con una fe ciega, el impacto es diferente a cuando actuamos conscientemente.

Hoy en día, todo el mundo está dispuesto a decirnos qué necesitamos. Yo eso no lo acepto porque tanto lo que necesitamos como el anhelo de obtenerlo se encuentran en nuestro interior. Hasta que no comprendemos en qué consiste ese anhelo, nos quedamos atascados en los nombres, las definiciones, las descripciones; quedamos atrapados en la imaginación. Una cosa es tener la descripción de algo y otra experimentarlo.


Cuando se trata de la paz, de comprender, la gente está encantada de quedarse con la descripción en lugar de alcanzar la experiencia. Todos los días, intentamos imaginarnos a Dios a través de nuestra mente e intelecto; intentamos hablarle y verle a través de estos ojos. ¿Pero cuál es la experiencia?

¿Cuál es la experiencia de eso que reside en nuestro interior? De eso es de lo que hablo, y es a eso a lo que presto mayor atención. Las descripciones están bien, pero sin la experiencia resultan incompletas. El agua calma la sed, pero una foto del agua no puede hacerlo. El fuego puede quemar algo, pero una foto del fuego no puede quemar nada. Si quieres tener amor verdadero, tienes que experimentar el amor verdadero. El mero hecho de escuchar palabras o descripciones e imaginarlo no es suficiente. Tiene que ser real.

Si quieres experimentar lo que hay dentro de ti, yo daré mil pasos, pero tú tendrás al menos que dar uno: deberás pedirlo desde tu corazón. Y entonces podré dártelo.

Es necesario que vengas desde ese lugar interior que es sencillo. No vengas con tu bolsa llena de conceptos. En esta vida, tenemos que distinguir lo que se nos ha enseñado de lo que es genuinamente nuestro. Tenemos que identificar ambas cosas, y eso es muy difícil.

Éstas no son sólo palabras. Te garantizo que definitivamente puedes tener la experiencia de eso que no tiene ni principio ni fin, que es real.

Esa experiencia ya está dentro de ti, no necesitas crearla, sólo levantar el velo de la ignorancia. En cuanto comprendas, en cuanto sepas dónde está tu verdadero hogar, no habrá razón para perderte, no tendrás por qué vagar. Así que comprende y disfruta de eso que es real.

Maharaji

Una entrevista con PREM RAWAT

Realizada por David Schner, presidente de la revista LEADERS
¿Cómo define usted el Conocimiento, y en qué se diferencia de otras formas de introspección?
El Conocimiento del que yo hablo es intrínseco al ser; constituye el núcleo de lo que somos. No se trata de cambiar el comportamiento, sino de sentirse más centrado dentro de uno mismo.
Algunos maestros dicen: “Veamos que puedes lograr. ¿Qué podemos hacer para que tengas éxito?”. Yo me concentro mucho más en la persona. En vez de mostrar a la gente lo que podría hacer, le digo: “Mira, se te ha dado el regalo de la vida, se te ha dado un tesoro que reside en tu interior. ¿Por qué no te centras en tu propio tesoro? ¿Por qué no te centras en tu sentimiento más profundo?”.
¿Considera que el Conocimiento es esencial para alcanzar el éxito, o se trata simplemente de aportar un valor adicional a la vida de la gente?
Bueno, se puede ver de las dos maneras. El Conocimiento aumenta las posibilidades de lograr el verdadero éxito, sea cual sea la aspiración que se tenga. Por otro lado, si lo que intenta una persona es simplemente sentirse bien por dentro, el Conocimiento la ayudará sin lugar a dudas. No puedo asegurar que contribuya al éxito en los negocios, ni que tenga determinadas ventajas para la salud. Algunos sí lo afirman, pero yo discrepo. Lo que sí creo es que el camino hacia la dicha, la satisfacción, la paz interior, o lo que se busque, empieza por uno mismo.
¿Cómo definiría usted el éxito?
Tal como yo lo veo, si uno no siente el éxito en su interior, no importa cuánto éxito tenga en lo externo. Siempre habrá una diferencia entre ambos. En el momento en que haces la distinción entre tú mismo y todo lo demás, se hace muy evidente que el éxito externo no es lo que realmente importa.
¿Resulta difícil convencer a la gente de que el éxito interno es tan importante como el externo?
En realidad no es cuestión de convencer a nadie porque, en cuanto se acepta que el éxito comienza por uno mismo, todo lo demás pasa automáticamente a un segundo plano. La gente tiene que experimentar este cambio fundamental por sí misma y a partir de ahí, sea rica o pobre, resulta muy fácil empezar a comprender los principios del Conocimiento.
¿Qué es exactamente lo que cambia en la persona que tiene el Conocimiento?
No digo que este Conocimiento conlleve cambios externos de la personalidad; quizá sí, o quizá no… no se puede dar por garantizado. Pero lo que sí tiene lugar es un cambio fundamental dentro de uno mismo, que te hace encontrar paz, alegría y armonía y, lo que es aún más importante, te permite hallarte a ti mismo, a tu verdadero ser. Es como si fueras en un barco zarandeado por las olas y, de pronto, el barco despegara y empezara a planear por un aire en calma, sin turbulencias. Entonces dejas de estar a merced de los constantes altibajos. Si eres capaz de encontrar la paz en tu interior, es posible que llegues a ser mejor persona, lo cual podría influir en otros aspectos de tu vida. Pero eso siempre dependerá de ti.
¿Podría describir el proceso a seguir para alcanzar el Conocimiento?
La gente me escucha y, si le interesa, profundiza y trata de seguir escuchando charlas mías. No pasan a la siguiente etapa hasta que están realmente convencidos de que esto es lo que quieren. Cada persona avanza a su propio ritmo, lo cual puede significar unas semanas, varios meses o, en algunos casos, años, y cuando están seguros de que les interesa, les enseño unas técnicas que les permiten ponerse en contacto con la sencillez que todos tenemos dentro. En realidad se trata de presentar esta posibilidad a la gente.

20 marzo 2008

La paz necesaria

I Conferencia sobre la Paz de la Universidad de Salamanca
Extracto de la intervención de Prem Rawat.





Es un honor estar aquí para hablar de un tema muy básico: la paz. Existen muchas ideas sobre la paz y yo no pretendo añadir más, sino presentar una posibilidad muy simple.
¿Cuándo vamos a reconocer que necesitamos paz en nuestra vida? ¿Cuándo daremos los primeros pasos para cumplir el sueño más antiguo de la humanidad? La paz es un deseo fundamental de cada ser humano. Es preciso reconocerlo y es necesario satisfacerlo, hacerlo realidad. Para encontrar la paz, tenemos que buscar las respuestas en nuestro interior. No las hallaremos fuera de nosotros. Están escritas en las páginas que residen en el corazón de cada ser humano, quienquiera que sea, independientemente de su credo o sus acciones.
Sueño con que todas las civilizaciones, todos los seres humanos que habitan la faz de la tierra lleguen a vivir en paz. Algunos me dicen: «¿No le parece una utopía?», y yo pienso: «Aunque lo fuera, es el único ideal que merece la pena tener. Puedo ofrecer mi ayuda para intentar hacerlo realidad». A eso me dedico. Lo fascinante es que para tener paz en el ámbito externo, necesitas tenerla en tu interior; eso no es nada nuevo, todo el mundo lo sabe. Encontrar la paz dentro de ti es el proceso más simple porque ya se encuentra ahí. No hay que crearla, ya está ahí para poder descubrirla, tenerla, disfrutarla.
La sed de paz yace dentro de todos nosotros. Viajando por el mundo he visto que no hay una moneda común, ni un idioma común, ni una única forma de vestir, ni una gastronomía única. Sin embargo, el deseo de satisfacción es común para todos. Ésa es la cuestión que me ocupa.
Viajo por el mundo llevando este mensaje a las personas y espero que les beneficie en alguna medida. No predico ni enseño, sólo presento una posibilidad. La paz es importante para mí y espero que lo sea para ustedes. Porque cuando miro al horizonte e imagino este mundo sin paz, es una perspectiva muy sombría. Pero cuando vislumbro luz en el horizonte, ciertamente confío en que sea la luz de la paz que centellea esperando brillar en mi vida, en mi tiempo.

16 marzo 2008

Descubrir lo que se nos ha dado

Lo tienes todo. De verdad. Tienes esta vida. Empieza por ahí. Sé que algunas personas están amargadas. Puede que pienses que eres un caso especialmente difícil, pero muchas de las cosas que nos decimos a nosotros mismos son las que nos han dicho otras personas: “No hagas eso. Si lo haces, te pasará esto o aquello”. Así que piensas que eres un caso difícil. ¿Pero quién te dijo eso? ¿No entra el aliento en ti? ¿No tienes un corazón? ¿No estás vivo? Aunque sólo sea por esas tres cosas, no eres un caso difícil. Eso es lo que te convierte en un ser humano, como yo, como todos los demás.
Fíjate en las hormigas. Deberían estar amargadas. ¿Has visto a alguna hormiga cuando trata de andar por la hierba? Siempre tiene que ir subiendo y bajando. El peligro está por todas partes. Podría tener derecho a estar amargada, pero no lo está. Con sus patas diminutas, siempre sigue su camino. Y sigue y sigue. Tiene un foco en la vida.
Comienza a ver, a apreciar. No intento decirte que todo es hermoso. Pero contempla y experimenta la belleza por ti mismo. Date la oportunidad de aceptarla en tu vida.
Cuando sientes alegría, ¿no te gustaría seguir así todo el tiempo? Esto no es un deseo. Sólo por desearlo no va a funcionar. Hay algo que tiene que suceder. Tengo que comprender que “es ahí donde quiero estar”. Y saberlo, no limitarme a decir: “No quiero sentirme mal”. El mero hecho de asegurar que no queremos estar mal no nos coloca automáticamente en un buen lugar. Es la ley de la naturaleza. ¿Qué consigo con decir: “No quiero estar ahí”? Sin embargo, si me doy cuenta de dónde quiero estar, eso me llevará hacia allí.
Hay un lugar dentro de ti que te aporta alegría. Tienes que confiar en ti mismo tanto como yo confío en ti. Y tienes que ver la posibilidad en ti mismo tanto como yo la veo en ti. Quizás por primera vez di: “No voy a quedarme ahí toda mi vida, repitiendo dónde no quiero estar. Voy a ver claro dónde sí quiero estar”. Es entonces cuando te podré ayudar.
Si vas al mostrador de una compañía aérea y dices: “No quiero estar aquí”, ¿cómo te podrán ayudar? Yo soy como esa aerolínea. Si me dices: “Llévame al lugar donde puedo estar en paz, donde puedo sentir alegría”, te podré contestar: “Por aquí. ¿Qué asiento prefieres?”
Tenemos la vida. Es el mayor pasaporte. Esta respiración está en marcha cada momento. El aliento no da nada por hecho. Llega en cada momento. Muy preciso. Luego se va y viene de nuevo. No piensa: “He estado ahí mucho tiempo, así que estarás bien aunque no vuelva hasta dentro de 45 minutos”. Viene en cada momento, cada segundo.
Hay misericordia en nuestra vida, tantas bendiciones, tanto amor... Se trata de destaparlos, de descubrir todas las cosas que se nos han dado.
Mucha gente se siente fascinada por la tristeza, sencillamente no pueden dejarla. Se quejan de todo, de Dios, del tiempo, de todo. A veces hay tormentas o hace calor. Es lo bueno de estar aquí. No puedes decir: “Por favor, que no haya tormentas. Que no haga calor. Que no haya tal o cual cosa, por favor”.
Tenemos que ser fuertes en este mundo. El sentirse a salvo, ser consciente, ser real en esta vida viene de dentro. Yo no puedo arreglar el sistema político. Lo que sí puedo hacer es ayudar a la gente a ponerse en contacto con su corazón. Voy por todo el mundo diciendo a la gente que pueden tener paz en su vida. Empecé a ayudar a la gente cuando era muy joven, y es lo que he estado haciendo toda mi vida. Mi sueño era poder ir de un lugar a otro, de pueblo en pueblo, y se está haciendo realidad.
Cada día es nuevo. Y es maravilloso. Disfruta de tu vida, de cada momento. Así debería ser. No pierdas el escudo de la esperanza. Aprende a agarrarte a él. Necesitas esa esperanza.
La tristeza siempre estará ahí, nunca se marcha. Toda la tristeza que vas a sentir está dentro de ti. Y todo el amor que vas a sentir está dentro de ti. Sólo depende de la puerta que quieras abrir.
Lo tienes todo. Déjame ayudarte a descubrir todas esas cosas de nuevo, a agarrarte al escudo de la esperanza. El mundo te lo ha quitado. Pero todos los días podemos tener esperanza. Podemos aprender a sonreír de nuevo. No tenemos por qué estar tristes. No puedo decir a nadie que su negocio irá mejor. Pero sé una cosa: lo que todo el mundo busca es estar centrado, porque es lo que necesitamos. Así que, disfruta del viaje.

Maharaji

Prem Rawat en el 60 Aniversario de Naciones Unidas

El siguiente extracto pertenece a la conferencia que Prem Rawat ofreció en el evento conmemorativo del 60º Aniversario de las Naciones Unidas, ante un distinguido público formado por diplomáticos y representantes del gobierno.




Distinguidos invitados, es un placer para mí hablarles esta tarde de un tema tan profundo como es el de la paz. Quizá se trate sólo de una perspectiva más, pero es una perspectiva que nace del corazón.
La paz es un sentimiento, un sentimiento en el que no hay dualidad, alejado de toda duda, el sentimiento de mi propio ser. Es comenzar a vivir contando con lo que tengo, no con lo que me falta. Todavía no hemos inventado ninguna regla, ninguna escala para medir lo que ya tenemos. Nos hemos empleado a fondo en calcular lo que nos falta. Todos lo hacemos. Pero si reflexionamos un poco, ¿qué es lo que ya tenemos?
¿Cómo son los seres humanos? Aunque lo expresen en idiomas diferentes, ¿qué es lo que quieren todos? Lo sorprendente es que a pesar de nuestras diferencias, hay un deseo que todos compartimos. Hemos aprendido a ver lo que nos diferencia. Algunos incluso sostienen que la diferencia es buena, y estoy de acuerdo. Pero en medio de todas las diferencias, fíjate en el parecido, fíjate en el anhelo de paz que tiene cada persona.
El anhelo de paz trasciende todas las barreras. Quienes están encarcelados desean la paz, quienes no tienen comida desean la paz, quienes viven en enormes mansiones desean la paz. La paz no sabe de edades. El anhelo, la necesidad, no saben de edades, ni de niveles culturales, ni de estratos sociales. Una necesidad es una necesidad, y punto.
La buena noticia es que para tener paz sólo se requiere un pequeño esfuerzo y no hay que gastar dinero. ¿Por qué? Porque la paz mora en el corazón de cada ser humano vivo. No es necesario importarla. No hay que darle a la gente ningún cursillo, basta con que se le dé la oportunidad de buscar la paz dentro de sí, de mirar en su interior y descubrir la fuente que la hace posible.
Tenemos una oportunidad extraordinaria, increíble, fantástica de empezar a dar los pasos fundamentales para reconocer la necesidad de paz que tiene cada persona. Y entonces, creo que por primera vez, empezaremos a percibir un cambio.
¿Cuál será el resultado? ¿Dejará de haber guerras? No lo sé. Pero estoy hablando de una paz que se puede experimentar incluso en medio de la guerra. ¿Cómo sería el mundo si cada ser humano estuviera en paz? No sé cómo sería el mundo, pero sé que sería un placer mirar al ser humano, porque a los seres humanos la paz les sienta de maravilla. Están espléndidos cuando la paz centellea en sus ojos. Y eso es posible.
Maharaji

Prem Rawat en la Universidad de Oxford

Extracto de la conferencia de Maharaji en la Universidad de Oxford


El tema del que voy a hablar es realmente sencillo. Tiene que ver con un ser humano, con una persona, con un individuo que respira, que piensa, que quiere comprender, que quiere aprender. A veces, al dedicarnos a todas las cosas de este mundo, nos olvidamos de nosotros mismos. ¿Quién soy yo? ¿Quién eres tú? Eres único. No hay otro como tú. Siempre me quedo corto al tratar de expresar lo especial y único que es cada ser humano.
Aprender es un proceso que ocurre en la vida de cada ser humano. Es nuestra naturaleza. Seguro que aprenderemos, pero entre todas las cosas que aprendamos, ¿cuál será la más importante? Millones de personas han entrado por las puertas de esta institución para aprender, comprender y poder tener así una vida de éxito y prosperidad. Pero hay también otra clase de prosperidad de la que se ha hablado desde hace mucho tiempo: "Conócete a ti mismo".
La idea de la paz no es nada nuevo. Llevo hablando de la paz desde que era niño porque sé que existe otro aspecto de la paz. Hay un aspecto idílico de la paz, una escena en la que nadie lucha contra nadie. Pero existe otro aspecto que no tiene que ver con las fronteras, ni con la obediencia, ni con los deseos. Es el aspecto de la paz que reside en el corazón de cada ser humano.
Ésa es la posibilidad, la realidad que algunos han vislumbrado desde siempre: "Conócete a ti mismo". La fuente de la alegría, de la paz que estás buscando, existe dentro de ti. Tienes las herramientas necesarias para satisfacer las aspiraciones de tu corazón, independientemente de las circunstancias externas.
¿Estás en paz? ¿Vives satisfecho, no porque lo piensas, sino porque lo sientes? La paz no puede ser el resultado de una fórmula: "Estoy satisfecho porque he hecho esto y aquello, y por tanto, todo es perfecto". Tiene que ser real.
Mi mensaje no tiene que ver con ninguna religión. Mi mensaje tiene que ver con ponerte en contacto con tu propio corazón, con entender el valor de tu existencia. Se trata de atender, en vez de ocultar, las necesidades fundamentales que tienes como ser humano, unas necesidades que son las mismas para todos.
Maharaji

08 marzo 2008

La alegría de estar vivo



La gente dice que quiere paz. Luego me preguntan: “¿Cómo harás para traer la paz?” Se olvidan del lugar donde ha estado siempre: dentro de nosotros. Lo que hemos estado buscando es la forma de llegar a ella.
Pero al buscar la manera nos alejamos más y más de esa realidad fundamental en la que existe la paz, donde hay alegría, donde está la plenitud.
Cuando digo: “Lo que estás buscando está dentro de ti”, a menudo la gente se sorprende. Se dan cuenta de que ya lo sabían, pero lo han estado buscando en otro lado.
La idea de que está en nuestro interior se ha vuelto extraña para nosotros. Pensamos: “No puede estar dentro de mí. Algo tiene que ocurrir. Tiene que venir alguien. Habrá que leer algún libro, ir de peregrinación, asistir a algún seminario. Tiene que pasar algo así y entonces quizá pueda tener paz.”
A menudo pongo el ejemplo de que para comprender el valor del agua tienes que saber lo que es la sed.
Si no tienes sed es muy difícil que entiendas la importancia del agua. Hoy día el agua nos llega en muchos tipos de botellas. Hay empresas que promocionan su marca de agua: agua de las montañas, agua buena para la salud, agua en botellas azules, en botellas verdes, en botellas blancas. Pero nada de eso es lo esencial en el agua. Lo importante no son las botellas azules ni las botellas verdes. Por lo que a mí respecta, el agua tiene la posibilidad de calmar mi sed. Eso es lo más importante.
En Europa, cuando vas a un café y pides agua, te dicen: “¿La quiere con gas o sin gas?” Si no tienes sed, lo piensas y puede que preguntes: “¿Tienen agua francesa?” o “¿Tienen agua española?” Pero, desde mi punto de vista, el agua en realidad es para saciar la sed. Tiene otros usos - en los ríos, en los pantanos, en el mar, y todo eso - pero yo estoy hablando del agua que tiene la posibilidad de calmar mi sed.
Nos enredamos y nuestro enfoque cambia: “¿Se saciará esta sed con agua fría? ¿Con agua destilada? ¿De botella verde o azul? ¿Con agua francesa? ¿Alemana? ¿Inglesa?” Y toda la conversación que inevitablemente sigue se debe a que la gente ha olvidado -de verdad ha olvidado- qué es lo esencial en el agua.
Allá donde vayamos habrá personas que son como nosotros. Están viviendo su vida, como nosotros. Buscan fuera las respuestas que están en su interior, exactamente igual que nosotros.
Vuelve a la posibilidad más simple, a la comprensión más sencilla: la comprensión de ti mismo. Mucha gente dice: “Hablas de la paz, pero este mundo está muy loco. ¿Cómo puede haber paz en él?” Estoy de acuerdo en que el mundo está loco, pero aquí no estamos hablando del mundo, sino de ti.
El tema principal no es el mundo; eres tú. Aquí no se trata de la rotación de la tierra, sino del ir y venir del aliento en este recipiente. La cuestión no es la sed de fuera, sino la sed en nuestro interior.
Lo que importa son las personas. Eres tú lo que cuenta. Es en ti donde entra el regalo del aliento. Es en ti donde hay conciencia. Eres tú quien puede ver lo bueno y lo malo. La capacidad de apreciar reside en ti. La capacidad de disfrutar está en ti.
Dondequiera que hayas estado durante el viaje de tu vida, siempre has llevado dentro una caja enorme llena de alegría. Ésa es la alegría con la que te puedes poner en contacto. Y si quieres hacerlo, será tu viaje personal. No puedes emprenderlo con nadie más. Es demasiado personal, porque es un viaje hacia tu interior.
Hay una alegría que es la alegría de la existencia; no la de lo que ocurre en ella. Son dos cosas diferentes. Está la alegría de la existencia y también la alegría por lo que sucede en ella. Y tratamos de manipular y controlar lo que ocurre en nuestra existencia.
Unas veces las cosas salen como deseamos y otras no.
Sin embargo, existe otra alegría. Una alegría que ha estado ahí durante todos los años de tu vida, esperando a ser descubierta. Y ahí seguirá mientras vivas. Es la sencilla alegría de estar vivo.
En mi vida hay días buenos y días malos. Los que llamo buenos son los días en que todo sucede conforme a mis planes. Los días en que las cosas no salen según mis planes son los que llamo malos. No obstante, cada día que se me ha dado está por encima de ser bueno o malo. Cada uno de ellos tiene su propio significado y su propia belleza. Y yo puedo ponerme en contacto con esa belleza. Mis planes cambiarán. A veces, los días que llamo malos acaban siendo buenos. Y algunos días en los que todo parece ir conforme a mis planes terminan siendo un desastre.
Lo bueno y lo malo. La vida no consiste en eso; está más allá. Cuando empezamos a comprenderlo, nos damos cuenta de que estar vivo es un privilegio. Un privilegio por el que este corazón ha de estar lleno de gratitud. Lo que se nos ha dado es mucho más valioso que todo lo bueno y lo malo junto. Todas esas cosas son transitorias.
Podemos conocer lo que no es transitorio, lo que va a seguir aquí mientras estemos vivos. Ése es nuestro consuelo, nuestro puerto. Es ahí donde tenemos que estar cuando lleguen las tormentas.

Maharaji

01 marzo 2008

Una mina de oro

Maharaji contó la historia de una reina que un día, para darse un baño, se quitó el collar que llevaba y lo dejó sobre una mesa. Un cuervo lo vio por la ventana abierta, entró en la habitación, lo tomó y salió volando.
Se lo llevó hasta un árbol donde intentó comérselo y cuando vio que no le gustaba, lo dejó en una rama.
La reina estaba desesperada. Su collar favorito había desaparecido.
Cuando el rey volvió esa noche, la encontró descompuesta. Le ofreció comprarle un collar mejor, pero ella le contestó que ninguno podría sustituirlo. Quería ese collar, así que el rey ofreció una recompensa a quien lo encontrara. Algunos lo buscaron pero no pudieron hallarlo. El rey ofreció una recompensa mayor. Más gente lo intentó, pero seguían sin localizarlo. Desesperado, anunció que daría la mitad de su reino a quien lo encontrara, y todo el mundo se puso a buscarlo.
Cerca del palacio había un canal lleno de agua sucia, y bajo un árbol, alguien vio un reflejo del collar en el agua, así que se quitó la ropa y se tiró al canal. Cuando otros le vieron, sospecharon que había encontrado el collar e hicieron lo mismo. Poco después, algunos policías que pasaban por allí, vieron lo que ocurría y se les unieron. El jefe de policía, que también pasaba por allí, les imitó, esperando ser él quien se hiciera con el collar. Pero nadie podía encontrarlo. Todos veían que la imagen seguía allí, así que acabaron pensando que era sólo una ilusión.
Un hombre santo que iba caminando por allí les preguntó: “¿Por qué saltáis todos a esa agua sucia?” Se lo contaron y él les dijo: “Lo que estáis buscando no está en el agua, sino arriba, en el árbol. Se trata sólo de un reflejo”.
Maharaji dijo que nosotros hacemos lo mismo. El auténtico amor está dentro, pero lo buscamos fuera. Tratamos de encontrarlo en el agua sucia de este mundo. Mucha gente se quita la ropa y salta al agua turbia del mundo con la esperanza de encontrar el amor que están buscando y, al no lograrlo, dicen que lo encontrarán después de muertos.
Pero, añadió, si pueden encontrar lo que están buscando después de que hayan muerto, ¿por qué tienen vida ahora? ¿Qué sentido tiene? ¿Por qué fueron creados? ¿Por qué este aliento va y viene ahora dentro de ellos? ¿Por qué hay una sed de amor dentro de nosotros, si sólo lo hallaremos después de morir?
Maharaji señaló que todo el mundo quiere que su vida sea un éxito. No hay nadie que no quiera triunfar, a su manera. Para algunas personas, el éxito consiste en tener una familia numerosa, para otros en amasar riquezas o en alcanzar una buena posición social.
Dijo que el papel del Maestro es recordar a la gente que lo que están buscando está dentro de ellos. Desafió a la gente preguntándoles si se daban cuenta de lo mucho que habían recibido. Se nos ha dado tanto ya, añadió, lo que tenemos que hacer es aceptarlo.
Los regalos comenzaron con la primera respiración que nos fue dada. Cada aliento que llega es el roce del Creador. La tristeza, dijo, aparece cuando llega el aliento y no lo reconocemos. El mayor cielo está aquí. Quienes no se dan cuenta están en el mayor de los infiernos porque, aunque tengan la capacidad de reconocer, no lo hacen.
Maharaji recordó a todos lo valiosa que es esta vida. Aunque llegamos con las manos vacías, dijo, no existe ninguna razón para que nos vayamos igual. Es muy importante que no se malgaste ningún día, ningún momento. Recordó a todos, lo importante que es tener paz en la vida. Para lograrlo, añadió, necesitamos dejar de engañarnos y de escondernos de nosotros mismos.
Siempre que hemos sentido una llamada de nuestro corazón para encontrar plenitud, para encontrar alegría, hemos dicho: “No. Ahora estoy ocupado. Tengo otras cosas que hacer”. Si esto no es engañarse a uno mismo, ¿qué es?
Dijo también que todo lo que vino de esta tierra tendrá que volver a ella algún día. Lo que una vez fueron cenizas volverá a serlo. Cada uno de nosotros está sentado sobre una mina de oro; hay una mina de oro en cada aliento. Si cavamos en esa mina, seremos más ricos de lo que podamos imaginar.
Concluyó diciendo que deberíamos lograr que nuestra vida sea un éxito.
Deberíamos ser ricos. La riqueza, dijo, es amor en nuestro interior y paz en el corazón. El día que tengamos esto claro, desaparecerán todas las preguntas.

Atracción por la Alegría


¿No tienes curiosidad sobre tu propia naturaleza?
Entre todas las cosas, ¿sientes alegría? Sí. ¿Y sientes dolor? Sí.
¿Esto no te fascina? Adentro de ti. Tu propia naturaleza. Tu corazón más profundo. Tienes la capacidad de sentir alegría y la capacidad de sentir dolor.
Dos cosas. Cuando sientes alegría, no te molesta. Nadie va a iglesia, nadie va al templo diciendo, “Dios, he tenido demasiada alegría. Por favor. Termina con esto. No puedo aguantar más esta alegía”
No. La gente dice: “He tenido suficiente pena en mi vida, termina con esto.”
Nadie en este mundo se ha suicidado dejando una nota de suicidio que diga, "Estuve demasiado feliz. Adiós mundo feliz." No. Es siempre lo contrario. "No puedo aguantar más el dolor. Adiós mundo cruel."
Tu habilidad de sentir esa alegría es única. Y esto es lo que te hace tan único: porque lo puedes sentir. Entiende que esto es tu naturaleza.. Que esto es una parte de ti.
Aversión al sufrimiento. Y atracción a la alegría. Encuentra en tu vida la alegría que no tiene fin. Luego encuentra en tu vida una alegría que no puedes dejar atrás.
Encuentra en tu vida una dicha que lleves contigo donde quiera que vayas. Entonces encuentra en tu vida esa serenidad, este contentamiento que no cambia con el tiempo.