16 marzo 2008

Descubrir lo que se nos ha dado

Lo tienes todo. De verdad. Tienes esta vida. Empieza por ahí. Sé que algunas personas están amargadas. Puede que pienses que eres un caso especialmente difícil, pero muchas de las cosas que nos decimos a nosotros mismos son las que nos han dicho otras personas: “No hagas eso. Si lo haces, te pasará esto o aquello”. Así que piensas que eres un caso difícil. ¿Pero quién te dijo eso? ¿No entra el aliento en ti? ¿No tienes un corazón? ¿No estás vivo? Aunque sólo sea por esas tres cosas, no eres un caso difícil. Eso es lo que te convierte en un ser humano, como yo, como todos los demás.
Fíjate en las hormigas. Deberían estar amargadas. ¿Has visto a alguna hormiga cuando trata de andar por la hierba? Siempre tiene que ir subiendo y bajando. El peligro está por todas partes. Podría tener derecho a estar amargada, pero no lo está. Con sus patas diminutas, siempre sigue su camino. Y sigue y sigue. Tiene un foco en la vida.
Comienza a ver, a apreciar. No intento decirte que todo es hermoso. Pero contempla y experimenta la belleza por ti mismo. Date la oportunidad de aceptarla en tu vida.
Cuando sientes alegría, ¿no te gustaría seguir así todo el tiempo? Esto no es un deseo. Sólo por desearlo no va a funcionar. Hay algo que tiene que suceder. Tengo que comprender que “es ahí donde quiero estar”. Y saberlo, no limitarme a decir: “No quiero sentirme mal”. El mero hecho de asegurar que no queremos estar mal no nos coloca automáticamente en un buen lugar. Es la ley de la naturaleza. ¿Qué consigo con decir: “No quiero estar ahí”? Sin embargo, si me doy cuenta de dónde quiero estar, eso me llevará hacia allí.
Hay un lugar dentro de ti que te aporta alegría. Tienes que confiar en ti mismo tanto como yo confío en ti. Y tienes que ver la posibilidad en ti mismo tanto como yo la veo en ti. Quizás por primera vez di: “No voy a quedarme ahí toda mi vida, repitiendo dónde no quiero estar. Voy a ver claro dónde sí quiero estar”. Es entonces cuando te podré ayudar.
Si vas al mostrador de una compañía aérea y dices: “No quiero estar aquí”, ¿cómo te podrán ayudar? Yo soy como esa aerolínea. Si me dices: “Llévame al lugar donde puedo estar en paz, donde puedo sentir alegría”, te podré contestar: “Por aquí. ¿Qué asiento prefieres?”
Tenemos la vida. Es el mayor pasaporte. Esta respiración está en marcha cada momento. El aliento no da nada por hecho. Llega en cada momento. Muy preciso. Luego se va y viene de nuevo. No piensa: “He estado ahí mucho tiempo, así que estarás bien aunque no vuelva hasta dentro de 45 minutos”. Viene en cada momento, cada segundo.
Hay misericordia en nuestra vida, tantas bendiciones, tanto amor... Se trata de destaparlos, de descubrir todas las cosas que se nos han dado.
Mucha gente se siente fascinada por la tristeza, sencillamente no pueden dejarla. Se quejan de todo, de Dios, del tiempo, de todo. A veces hay tormentas o hace calor. Es lo bueno de estar aquí. No puedes decir: “Por favor, que no haya tormentas. Que no haga calor. Que no haya tal o cual cosa, por favor”.
Tenemos que ser fuertes en este mundo. El sentirse a salvo, ser consciente, ser real en esta vida viene de dentro. Yo no puedo arreglar el sistema político. Lo que sí puedo hacer es ayudar a la gente a ponerse en contacto con su corazón. Voy por todo el mundo diciendo a la gente que pueden tener paz en su vida. Empecé a ayudar a la gente cuando era muy joven, y es lo que he estado haciendo toda mi vida. Mi sueño era poder ir de un lugar a otro, de pueblo en pueblo, y se está haciendo realidad.
Cada día es nuevo. Y es maravilloso. Disfruta de tu vida, de cada momento. Así debería ser. No pierdas el escudo de la esperanza. Aprende a agarrarte a él. Necesitas esa esperanza.
La tristeza siempre estará ahí, nunca se marcha. Toda la tristeza que vas a sentir está dentro de ti. Y todo el amor que vas a sentir está dentro de ti. Sólo depende de la puerta que quieras abrir.
Lo tienes todo. Déjame ayudarte a descubrir todas esas cosas de nuevo, a agarrarte al escudo de la esperanza. El mundo te lo ha quitado. Pero todos los días podemos tener esperanza. Podemos aprender a sonreír de nuevo. No tenemos por qué estar tristes. No puedo decir a nadie que su negocio irá mejor. Pero sé una cosa: lo que todo el mundo busca es estar centrado, porque es lo que necesitamos. Así que, disfruta del viaje.

Maharaji

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