27 enero 2008

El regalo supremo



¿Qué hay que sea verdaderamente sencillo?

A medida que vamos viviendo, ocurren muchas cosas complejas. Nos relacionamos. Emitimos juicios: bueno, malo, correcto, incorrecto. Unas veces parece que vamos hacia adelante y otras hacia atrás. Algunos días son fáciles y otros bastante duros. Mirando desde esta perspectiva tan compleja, no parece que algo pueda ser sencillo.

La gente me hace muchas preguntas sobre lo que es complejo: “¿Por qué mi vida es así?”, “Si hay paz dentro de nosotros, ¿por qué no la conocemos?”. Yo les digo que retrocedan un poco, que se desprendan de todo lo que no es necesario y que simplemente consideren la vida, la existencia. En esta existencia nos viene el aliento: sin juicios ni condiciones, sin formularios para rellenar ni colas en las que esperar, sin juegos, sin ningún ".net" o ".com" para conectarnos. Sencillamente viene.

La vida danza, hace su representación cada día de la manera más serena y sencilla. Cada mañana que llega, eres, existes. Y no tal como lo entiende este mundo, sino que eres simplemente tú: esa cara, esa sonrisa, ese cuerpo, ese aliento, ese corazón y este momento.

La gente dice: “¿Qué pasa con todos los problemas? ¿Acaso no estamos todos intentando encontrar soluciones? Como no hay paz en este mundo, tenemos que buscar una solución”.

Pondré un ejemplo. Imagínate una persona que nació y creció en un castillo. El lugar es bonito, pero hay algo que esa persona no ha hecho nunca: ver su reflejo. Como no hay espejos, no puede ver su propia imagen. Por lo demás, hay de todo: una comida estupenda, una buena cama, diversiones... Hay de todo, excepto algo parecido a un espejo ante el que se pueda poner y mirar su propio reflejo.

Esa persona tiene muchos sueños, pero hay una cosa que quiere de verdad, y es ser bella. De hecho, es realmente hermosa, no sólo hermosa, sino exquisitamente bella. Sin embargo, todos los días se lamenta: “¡Oh, cómo me gustaría ser hermosa!”, y no hay manera de que pueda darse cuenta de que ya lo es.

Ésta es mi pasión. Viajo por todo el mundo hablando a la gente. Mis discursos no están escritos. Si antes de empezar me hubieran preguntado lo que iba a decir, habría contestado que no tenía ni idea, excepto que quería estar en contacto con mi pasión para que pudieras verte a ti mismo en un espejo. Si pudieses hacerlo, verías lo hermoso que eres. Verías lo increíblemente bello que eres. Verías que tienes cientos de cajones llenos de cosas que prometen hacerte hermoso. Eso es lo esencial en tu vida.

La belleza está en cada uno de nosotros nos guste o no, de la misma manera que tenemos dos piernas nos guste o no. Puedes decir que preferirías tener cuatro para poder correr más rápido, o dos cortas y dos largas, pero sólo tienes dos.

También hay una búsqueda en tu vida. No la has iniciado tú, sino que ya había comenzado para ti. Una búsqueda que dice: “Paz”, “Amor”, “Comprensión”, “Alegría”. No persigue la alegría que hay en el exterior, sino la que reside dentro de nosotros. Tampoco busca la paz de fuera, sino la que hay en nuestro interior. Ésta es la buena noticia. Lo que estás buscando, ya lo tienes. La belleza que estás buscando, ya la tienes.

Cuando se elimina lo que es complejo, aparece la belleza. La complejidad está llena de duda. La duda es como un virus. ¿Deberíamos aprender a vivir con ella o deberíamos aprender a comprender esa cosa interior que nos dice: “No tienes por qué vivir en la duda; puedes permanecer en la claridad”? Tienes claridad porque toda la que quieres y necesitas está dentro de ti.

Sé libre para encontrarte a ti mismo. No hay nadie como tú en ninguna parte. Ni siquiera los gemelos ven las cosas del mismo modo. Tu sonrisa es diferente y sonríes a cosas distintas. La diferencia está en el sentimiento de alegría, de paz, de tranquilidad y en la forma en que tú puedes expresarlo a tu propia manera a ti mismo, no a otro. No se trata de escribir un libro o un poema. El verdadero poema es el que te recitas a ti mismo. El mejor libro que se ha escrito es el que te escribes a ti mismo. Es claro. No necesita ninguna introducción, ni un prefacio, ni notas al pie de la página. Es tuyo. Tuyo es el poema que canta en tu corazón y despierta la alegría. Ése es el mejor poema que ha habido jamás.

El día en que empieces a comprender el océano de posibilidades que hay dentro de ti será el día en que des un paso que te acerque a tu propia vida. Las posibilidades son ilimitadas, infinitas. Son las posibilidades de tener respuestas sin preguntas. El mundo está lleno de preguntas sin respuestas. El corazón está lleno de respuestas sin preguntas. Puedes aceptar esas respuestas, no las que el mundo está intentando dar.

La verdad suprema no está en las palabras, sino en el sentimiento. La realidad suprema se manifiesta justo ante tus ojos. Estás aquí. Ésa es la verdad. Existes. Puedes sentir, puedes comprender, puedes alcanzar la plenitud.

¿Ves por qué siento pasión por esto? Es tan hermoso. Quizás te fijes en nuestras diferencias. Mi piel, mi cara y mi pelo parecen un poco distintos a los tuyos, pero aparte de eso, somos iguales. No era, soy y no seré. El tiempo en el que no era no cuenta para mí. El tiempo en el que no seré, tampoco. Lo que cuenta es que soy. Gracias a que soy tengo acceso a algo, y quiero tener ese acceso todos los días de mi vida.

Quita lo que es complejo, las cáscaras y los envoltorios, porque aquí hay un regalo que es tan perfecto que no necesita ser envuelto. Acepta ese desafío. No hay papel en todo este universo que sea lo suficientemente perfecto como para envolver este regalo de la vida que se te ha dado. No hay ningún lazo que sea lo bastante bonito como para hacer justicia a lo que has recibido. El desafío en tu vida es conocerte a ti mismo. El reto es comprender la belleza que reside dentro de ti y tener acceso a ella cuando quieras. Ése es el regalo supremo.

Maharaji

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