01 noviembre 2006

MAHARAJI - Lo que sea necesario


Empezaré contando un pequeño cuento: Había un león que una mañana se sentía estupendamente, muy feliz. Salió de su guarida, vio un conejito e inmediatamente se abalanzó sobre él y le dijo: “¿Quién es el rey de la selva?”, y el conejo, muy atemorizado y temblando, contestó: “Tú”.

Eso hizo que el león se sintiera todavía más orgulloso. Se fue dando saltos y se encontró con un ciervo, se le echó encima y le preguntó: “Ciervo, ¿quién es el rey de la jungla?” Y el ciervo, todo tembloroso, dijo: “Tú”.

Entonces el león ya se sentía realmente muy bien. Era el rey; así que siguió su camino. Vio un elefante, saltó sobre él y le preguntó: “Elefante, ¿quién es el rey de la selva?”. El elefante lo agarró con su trompa, lo golpeó contra el suelo una y otra vez hasta que lo dejó grogui, y luego lo soltó. Entonces el león miró al elefante y le dijo:
“¡No te pongas así sólo porque no sabes la respuesta!”.

A veces aceptamos las definiciones que otras personas tienen de las cosas, pero nos olvidamos de algo muy sencillo, y es de nosotros mismos. No estoy hablando de lo que puedes conseguir o hacer, ni de tus esperanzas, sueños o ideas, sino de ti, como un regalo que llegó a este mundo.

No fue ningún error que Sócrates dijera: “Conócete a ti mismo”. Conoce quién eres. Entiende quién eres, tu naturaleza. Comprende que si no sientes paz, es posible que no puedas dársela a otra persona. Si quieres calmar la sed de otro, lo mínimo que necesitas es agua. El agua de la paz fluye en tu interior. La serenidad de la comprensión fluye a través de ti, de tu vida.

A todo eso que estás intentando comprender, añade algo más: compréndete a ti mismo. En todo lo que estás intentando completar, completa algo más. Y además de todas esas personas a las que estás intentando ayudar, ayuda a alguien más: a ti. Tienes que sentirte satisfecho independientemente de lo que esté pasando. Necesitas sentirte completo. Sí, tú eres la piedra angular de tu existencia, y si falta ese primer paso también faltará el siguiente, y el otro, y todos los demás.

No es algo imposible, no es misterioso, ni extraño. Y sobre todo, no es egoísta. Desenvolver un regalo que se te ha dado no es egoísta. Si hago algo a costa de otros, eso sí lo es. Pero si me pica el brazo y me rasco, sin perjudicar a nadie, eso no es egoísta. El regalo se ha dado; tú eres el regalo. Se ha dado la vida; está sucediendo ahora. Tu comprensión está ahí, tu sed también, y la idea de la paz está bien próxima.

Te invito a echar una ojeada en tu interior para que sepas de lo que trata esta existencia. La persona que dijo “conócete a ti mismo” no se lo inventó para hacerte la vida más difícil, sino que había algo ahí, un misterio que podía resolverse. La humanidad se va a enfrentar a muchísimos desafíos, y uno de los mayores es encontrar la paz que hay dentro de cada ser humano. Ése ha sido un reto increíble. La gente dice: “La paz no es posible”. Pero la paz personal —la paz que tienes en tu interior— es muy posible y siempre ha estado ahí; por eso se ha dicho: “Conócete a ti mismo”.

Todo empieza con la comprensión más sencilla, escuchar lo que algo sencillo te está diciendo. Lo esencial no son tus responsabilidades, sino la oportunidad de sentirte pleno. El anhelo.

Yo recuerdo a las personas que lo que están buscando está dentro de ellas, no fuera. Siempre ha estado y siempre estará ahí. Aun cuando decidas no descubrirlo, siempre estará dentro de ti. Siempre. Las respuestas llegarán desde el interior, no del exterior. El éxito, en su verdadero sentido, se producirá ahí y en ningún otro lugar. Tienes que ser quien eres.

Siéntete satisfecho cada día para poder satisfacer a los demás. Siéntete pleno cada día para poder asumir las responsabilidades que tengas delante. Pero todo comienza en ti. Eso de lo que hablo, ya lo tienes, tanto si decides ir a por ello como si no. Busca si debes hacerlo. Haz lo que sea necesario para encontrar ese ser y cólmalo, para que así puedas servir y lo hagas bien. Siéntete satisfecho. Siéntete feliz. Una sola vida. Y sólo uno como tú sobre la faz de la Tierra. Eres único. Brilla en tu singularidad.

Maharaji

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